El Real Madrid arrasa al CAI
La
igualdad duró apenas el primer cuarto, lo que tardó el Real Madrid en tocar a
rebato, en desprenderse del corsé al que le intentó aferrar el CAI, en ponerse
en las manos de Sergio Rodríguez, dos velocidades más, y el baloncesto se
convierte en un asunto circense.
Slaughter y Felipe Reyes elevaron entonces el
nivel defensivo en la pintura y se precipitaron las pérdidas de balón de los de
José Luis Abós, que temblaban ante lo que se les venía encima. Robos y
transiciones que arruinaban a los maños en un segundo cuarto en el que se
divertía el Chacho,
descomunal, y se disparaba irremediablemente el marcador: 48-24. Sólo un poco
de maquillaje le dejó al Zaragoza con un resquicio al descanso.
Pero el
partido estaba herido de muerte. El Madrid cabalgaba desatado, en ese estado de
esplendor, de tal autoconfianza, que provoca el asombro hasta de los rivales.
Que asusta. A la vuelta de vestuarios, un parcial de 9-0 –incluido un triple
imposible de Llull– remató aún más al CAI, el mismo rival al que lleva
derrotando últimamente sin piedad. La máxima entonces la puso Felipe Reyes
(77-48, min. 29), haciendo números en la carrera por el MVP con Rudy Fernández,
Mirotic, Llull o Sergio Rodríguez.
El
último cuarto se disputó ya sin competitividad, resuelto el asunto, minutos
para todos, otra vez al borde de los 100 puntos, la máxima diferencia histórica
en unas semifinales de Copa, para un equipo que no puede acceder en mejor
condición a la final, ganando sus dos citas en Málaga por más de 20 puntos.
Como un tornado con apenas un pero, la facilidad con la que el cinco rival hace
daño, principalmente si es Bourousis el defensor. Ayer le tocó el turno a
Shermadini (19 puntos, ocho rebotes, 30 de valoración), como otros días fueron
Krstic, Schortsanitis o Tavares.
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