Reuniones en Ferrari
«La superioridad de Red Bull es aplastante, pero también de Lotus o Mercedes». Juicios como éste, realizado el domingo por Fernando Alonso tras finalizar quinto en el Gran Premio de Hungría, pueden ser los que hayan azuzado la tormenta en Ferrari. El presidente de la escudería italiana, Luca Cordero di Montezemolo, dio ayer un aviso al piloto español, pidiéndole más calma y que mire por el equipo antes que por sus propios intereses.
Lo hizo a través de un comunicado divulgado en su página web. Ferrari informó de la reunión que Montezemolo mantuvo ayer con los técnicos y el director deportivo de la escudería, Stefano Domenicali, para analizar la situación del equipo, al que solicitó un «inmediato cambio de registro» para empezar a luchar por la victoria desde ya, como había ocurrido hasta el Gran Premio de Canadá.
Asimismo, el máximo responsable de Ferrari llamó por teléfono a Fernando Alonso, para felicitarle por su 32 cumpleaños y para «tirarle de las orejas» por unas declaraciones que «no han gustado ni a Montezemolo ni a todo el equipo», según indicó la escudería.
«A todos los grandes campeones que han pilotado para Ferrari siempre se les ha pedido que antepusieran los intereses del equipo a los personales», dijo Montezemolo en unas declaraciones literales recogidas en la web de Ferrari.
«Éste es el momento de mantener la calma, evitar polémicas y aportar con humildad y determinación la contribución de cada uno, estando cerca, en la pista y fuera de ella, del equipo y sus hombres», añadió.
En el entorno del piloto español manifestaron su asombro por los reproches del presidente, pues no consideran que hubiera tal censura en las palabras de Alonso. En la tarde de ayer, estuvieron revisando las declaraciones del español tras la carrera para intentar encontrar alguna frase que hubiera desatado la susceptibilidad del responsable del equipo. Asimismo, se encuentran molestos por el hecho de que se haya desvelado una conversación privada a través de un comunicado. El presidente de Ferrari apostó por «cerrar filas» en la escudería, sin dejarse llevar por «desahogos que, aunque comprensibles en la inmediatez de un resultado negativo, no benefician a nadie»
«Sabemos que hemos tenido altibajos. Empezamos con un coche regular. Lo mejoramos y el pico seguramente fue en el Gran Premio de España [que ganó, en mayo, en Barcelona], en el que quedamos Felipe [Massa] y yo en el podio», manifestó el asturiano tras la carrera. «Y luego empezamos a bajar. Así que ahora esperamos que llegue una nueva subida para permitirnos luchar por el título», comentó, para rematar: «Ojalá Ferrari encuentre piezas este verano».
Según el presidente de Ferrari, éste no es el momento de ponerse a discutir quién es responsable de una u otra decisión, fundamentalmente porque «aún todo es posible» con nueve carreras por delante, pero indicó que el cambio debe llegar ya. Entre las medidas para reactivar al equipo está la contratación de James Allison, director técnico de Lotus, que tendrá la misión de impulsar el desarrollo del chasis.
Ferrari considera la introducción de los nuevos neumáticos como «una variable que no ha sido para nada favorable» a su equipo, una elección, la de Pirelli, que «ha contribuido a alterar artificialmente los valores sobre el tablero de juego» y que no ha gustado ni al presidente de la escudería ni a sus hombres.