Euskatel se retira del pelotón
El tono de Miguel Madariaga revela amargura. En 1994 se volvió loco, consiguió embaucar a unos cuantos iluminados y tras recibir el impulso del entonces Diputado General de Bizkaia, José Alberto Pradera, montó un tinglado llamado Fundación Euskadi y sacó adelante un equipo que salió a las carreteras con un maillot rojo, blanco y verde. Su primera victoria llegó en la Vuelta al País Vasco, mientras un ramillete de azafatas asaltaba a los aficionados en cada etapa, buscando afiliaciones.
Casi veinte años más tarde, el sueño de Madariaga se ha desvanecido. Por eso el tono amargo de su voz, y sus manifestaciones, que pretenden ser medidas pero no lo consiguen: «Para mí es uno de los peores días del año, y quizá de mi carrera deportiva». Ayer conoció, aunque se lo barruntaba, la decisión de echar la persiana al proyecto que fundó. Los responsables del equipo Euskaltel reunieron a los corredores, como éstos habían pedido, antes de la Vuelta, y les comunicaron la mala noticia.
«Creo que no hay derecho a echar por la borda el trabajo de veinte años», se lamenta Miguel Madariaga. «A mí me apartaron del proyecto y en sólo siete meses lo han derrumbado», confiesa quien fuera mánager del equipo ciclista, su constructor y su alma mater durante casi dos décadas. «No sé», responde cuando se le pregunta por los responsables del fracaso que ha abocado al Euskaltel a la desaparición. «No puedo decir quién tiene culpa, o quién no. Si es responsabilidad de una persona o de varias, pero lo cierto es que el proyecto por el que tanto tiempo luchamos se ha ido al garete».
Madariaga se sentía ayer, «como si me hubieran secuestrado a un hijo y me lo devolvieran muerto siete meses después. Lo considero así. Es lo que siento». El ex manager del equipo Euskaltel cree que las cosas se podrían haber hecho de otra forma: «Por supuesto que sí. Yo creo que había soluciones, por ejemplo, la de pasarlo a categoría Continental. No pasa nada por dar un paso atrás. Cuando aparecimos en el Tour fuimos con una invitación. Cada año se reparten unas cuantas. Se podía haber hecho más por salvar al Euskaltel Euskadi».
Euskaltel anuncia un «cierre ordenado» y el cumplimiento de los compromisos deportivos hasta final de temporada. Otra cosa será hablar de los contratos. Hay corredores como Samuel Sánchez, que ayer a instancias de sus abogados declinó hablar para este periódico, que tienen compromiso en vigor por varias temporadas.
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