Gemma Mengual se retira.
No me retiro por una lesión ni por ningún problema personal o profesional. Lo dejo porque le he dado a este deporte todo lo que podía dar». Así explicó Gemma Mengual su adiós definitivo a la competición, a esa natación sincronizada que con tantos éxitos ha recompensado su esfuerzo, el de la mejor nadadora española de todos los tiempos. Entre ellos, con dos medallas de plata olímpicas.
Con su retirada, renuncia a competir en Londres 2012, en los que serían sus cuartos juegos. Y con ella, a colgarse el oro. Pero ha llegado el momento de dejarlo.
Ahora, sus prioridades son otras. «El día antes de partir hacia Pekín me invadió una sensación de insatisfacción, de infelicidad. La última vez que me despedí de mi familia vi claro que no quería continuar», aseguró. En 2009, abrió un paréntesis en su carrera deportiva para ser madre, que cerró, al menos momentáneamente, en 2011 con el objetivo de estar en Londres 2012.
Ayer, su pareja, Enric, y su hijo, Nil, estuvieron entre los familiares y amigos que la acompañaron en su despedida de la competición. El pequeño, de 15 meses, no se cansaba de llamarla durante su intervención ante los medios de comunicación, al verla en los monitores durante uno de sus ejercicios de natación sincronizada, la que ha sido su vida durante prácticamente los últimos 25 años. Y al oírlo, como no, una radiante sonrisa iluminaba su rostro. Ahora, su vida es otra.
«El mejor momento para dejarlo es cuando el deportista lo ve claro, cuando siente una liberación, cuando se siente feliz por ello. Y ése es mi caso», abundó. «Desde que decidí hacer una parada en 2009, mi situación personal y mis prioridades han cambiado mucho. Cuando lo valoré todo, vi claro que eso ya no lo quería», recalcó Mengual, quien no descarta incluso aumentar la familia en un futuro no muy lejano.
«No me sabe mal no ir a Londres. Si no, no habría decidido dejarlo», señaló la que se ha convertido en todo un símbolo para un deporte, la sincronizada, que ha experimentado un auge espectacular en los últimos años en España.
Por eso, confesó que se sentirá extraña al ver la competición desde fuera, con toda una mezcla de sentimientos. «Me pondré muy nerviosa y lloraré, como ya me pasó en las competiciones que vi por televisión durante el tiempo que estuve fuera», apuntó.
Confesó que su cuerpo le pide agua. Por ello, no sería nada extraño verla ligada, de una manera u otra, al deporte que tanto le ha dado y al que tanto le ha dado. Incluso, no descartaba acudir a Londres 2012 para poner su granito de arena desde fuera de la piscina.
Sabe que para muchas es un ejemplo a seguir: «Desde pequeña, mis padres me transmitieron una forma de vivir que me llevó hasta donde he llegado. Si puedo transmitir eso, me daré por más que satisfecha».
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