Tras la victoria al Racing el Madrid se pone a 13 puntos.
Sin esfuerzo ni precipitación. Con la calma del que se siente superior, el Madrid pasó por encima de un Racing que no salió de su cueva y que convirtió a Iker en un invitado a la fiesta de los 13 puntos de ventaja sobre el Barça. La Liga se acaba.
BENZEMA. Sigue iluminado y de paso mantiene su idilio con el gol, reto pendiente en sus arranques como madridista, cuando muchos aseguraban que su fichaje era un error porque no se había contratado a Villa. Gesto delicioso elevando el balón por encima del meta en el 2-0 y cañonazo para sellar la más tranquila goleada de un líder sólido. Inmenso.
KAKÁ. Participativo, con deseos de brillar y agradar. No se esconde nunca y ayer hasta se empleó en misiones de intendencia y presión al contrario.
MARCELO. Incisivo y punzante por la banda izquierda, desequilibró a la defensa del Racing y aportó siempre en ataque.
CRISTIANO. Podría marcar hasta dormido. Lleva el gol en las venas y ya suma 28, a sólo 12 de los 40 del pasado año. Siempre quiere más.
DI MARÍA. Golazo en su reaparición. Es vital para 'Mou'
CISMA. El lateral del Racing fue expulsado antes del descanso por doble amonestación, en ambos casos por sendas manos. Fue ingenuo en la primera y tuvo mala suerte en la segunda, pero lo cierto es que de haberla cometido en el área habría sido penalti. Pudo ser rigurosa la segunda cartulina, pero mano hubo. Y el equipo cántabro no habría puntuado ni jugando con 15.
ÖZIL. No es que jugara mal, pero después de sus exhibiciones de las últimas semanas, supo a poco su aportación de ayer. En realidad, la inercia del partido sirvió para que no fueran necesarios los lujos del alemán, que gestionó esfuerzos para lo más importante.
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