Iker se lesiona
La goleada de anoche despejó el desasosiego de la plantilla blanca en los primeros minutos del partidos, dominados por el Galatasaray y alucinando todos con la lesión de Casillas. Volvió a caer el hombre al que siempre habían puesto en el ojal de la camisa el clavel de la fortuna. La suerte se le escapó por la gatera hace meses al portero y, o da con ella urgentemente, o se va a oxidar en el agujero negro donde anda metido. «No puede ser, no puede ser...», musitaba entre dientes el capitán blanco, al sufrir el golpe de Sergio Ramos. Era su primer balón en partido oficial tras nueve meses fuera del campo. Saltó a por él y su compañero chocó contra sus costillas. «No le he visto. Ha sido realmente una jugada de muy mala suerte», explicaba después el central, cerca ya de la una de la mañana en los interminables pasillos del Turk Telekom Arena.
El pellizco del hueso y el músculo fue durísimo para Casillas, como un derechazo en el riñón. En el banquillo blanco entraron las dudas. ¿Sale a calentar Diego? Los integrantes del cuerpo técnico y los suplentes giraban la cabeza sin creer lo que estaban viendo. Se repitió la escena, con otras connotaciones, del último día de Reyes, cuando el mal fario cayó en los guantes de Adán, titular por ley de Mourinho y fuera de combate a los dos minutos por una traicionera roja. Aquel día era el portugués el que puso cara de asombro ante el giro del destino, favorable todavía a su sorprendente portero suplente.
Pero allí quedó, en aquella expulsión del pobre Adán, las hadas buenas de Iker, porque desde entonces no le sale una a derechas. Hoy tendrá que pasar pruebas ya en Madrid para averiguar sus dolencias, tras ser arrollado por Ramos en el primer minuto del partido. Después, siguió la goleada de los suyos desde el vestuario. Entró pálido en la caseta, para ir recuperando color poco a poco. «No tiene mucho. Dentro de nada estará otra vez a tope», aseguraba Cristiano Ronaldo. Su relevo fue contundente, para despejar cualquier mala sospecha. «Estoy jodido por la lesión de un compañero», afirmó Diego López, titular reforzado ahora.
El entrenador madridista era optimista con su portero titular de anoche. «Es un golpe en la espalda. No está preocupado. Ha tenido muy mala suerte, y nos dejó una gran parada», recordó Carlo Ancelotti, para subrayar la buena intervención que incluso lesionado hizo el capitán. El técnico blanco estaba encantado de la vida con la goleada con la que se estrenó con su nuevo equipo en la Champions. Eso sí, Carletto no ocultó el primer acto de los suyos, bastante irregular.
«El resultado no refleja cómo fue el encuentro. El Galatasaray jugó un buen primer tiempo y a nosotros nos faltó confianza para intentar mandar», explicó antes de ensalzar el arma definitiva de los suyos: «Al contraataque hemos rematado el triunfo. Cristiano y Benzema han estado muy bien». La expedición blanca sonreía también con el empate de la Juventus, que coloca a los blancos al frente del Grupo B, con la ventaja de afrontar los dos próximos partidos de la Champions en el Santiago Bernabéu: Copenhague y Juventus.
Otro con buena cara camino del autobús era Gareth Bale, interesado él mismo en pararse con la prensa inglesa desplazada a Estambul por él. Entró en la segunda parte y dio un gol a Cristiano. «Estoy ya cerca de mi 100 por 100, casi a tope. Es genial empezar ganando», dijo el galés.
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