Poco coche para Alonso
El Gran Premio de Italia dejó a Fernando Alonso con agridulces sensaciones, frustrado en lo deportivo pero orgulloso de la respuesta de la hinchada ferrarista. Su segundo puesto ayer tras Sebastian Vettel le complica muchísimo el título mundial, cada vez más cerca del alemán, con 53 puntos de ventaja ya. El coche rojo no da para más ahora mismo, con su techo en las traseras del Red Bull. Partió bien el español y pronto se colocó a rebufo de su máximo rival, pero Vettel se marchó en las rápidas rectas del vetusto circuito italiano. La persecución fue baldía y el campeonato queda a tiro de piedra del actual líder de la general, un piloto de época que rompe récords como años atrás hacía su idolatrado Michael Schumacher.
El viejo campeón reventó la historia de la Fórmula 1 con la escudería más famosa del mundo, una escuadra sumida ahora en una peligrosa depresión. Si no hay una remontada casi milagrosa, Ferrari verá cómo por sexto año consecutivo se le escapa el Mundial. Para Alonso será el cuarto año sin corona en Ferrari. Al menos, el asturiano recibió en el podio las muestras de cariño de la hinchada italiana, volcada con él a pesar de los últimos roces que había mantenido con su propio equipo.
«Alonso mueve montañas con Ferrari», dijo ayer su jefe, Stefano Domenicali, con muchas labores que atender. Además de mejorar el coche urgentemente, la escudería decide estos días si despide a Felipe Massa. El brasileño ayer firmó una buena actuación pero teme que no le sirva de argumento para continuar un año más. En el paddock empieza a tomar cuerpo la posibilidad de que el equipo de Maranello fiche a Kimi Raikkonen, el finlandés al que despidió en 2009 precisamente para hacer hueco a Fernando Alonso. Ahora Ferrari se plantea colocar frente a frente a dos campeones en una maniobra siempre arriesgada.
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