Bielsa se ha denunciado a sí mismo.
¿Marcelo Bielsa es un loco o simplemente un tipo honesto? Por lo menos, se trata de una persona que no deja indiferente a nadie, un hombre capaz de denunciarse a sí mismo por agresión. En Bilbao corrió el rumor durante toda la semana que, ante el retraso evidente de las obras que se están realizando en Lezama, el argentino respondió violentamente agrediendo, el pasado lunes, a uno de los jefes de obras. Bielsa reconoció ayer por la tarde ese extremo: «Me reuní con él en mi vestuario, le dije que estaba haciendo mal su trabajo a sabiendas, eso era así, me contestó que no, que sólo estaba incompleto. Ante tal mentira, me expresé hacia él de manera ofensiva y él hizo mismo. Perdí los papeles, le agarré y le saqué a la fuerza de mi vestuario».
El jefe de obra decidió no denunciar a Bielsa pese a avisar de que lo haría. La única medida que adoptaron los operarios fue no acudir a Lezama el día siguiente. El Loco cree que no formuló la denuncia «por no perjudicar al Athletic o a su empresa», así que él mismo tomó la iniciativa y se autodenunció para inculparse del incidente.
Bielsa, que aclaró que no respeta al agredido -«opino lo peor sobre esa persona»-, argumentó que «los responsables de las obras están estafando al Athletic». Fue más allá y acudió a la sede de la empresa del trabajador en cuestión para ofrecer la denuncia. No la aceptó, pero se la sigue ofreciendo -ayer la llevaba en la mano mientras ofrecía sus explicaciones- con el fin de «reconocer los derechos» del operario.
Las obras que ahora mismo inundan las instalaciones de Lezama fueron consensuadas entre el Athletic y el técnico antes de su renovación y suponen una remodelación muy extensa. Bielsa comentó que no se han cumplido los plazos establecidos y que eso causa un grave perjuicio al equipo, que realiza la pretemporada allí. «Es irreversible, es muy tarde para cambiar la pretemporada de lugar», se lamentó, aclarando que no exime su responsabilidad por estos contratiempos que no cree tales, sino una estafa manifiesta. «Los verdaderos responsables de estas obras me reconocieron que estaba en lo cierto», apostilló.
Dejó un recado a la prensa -y al propio Athletic- para terminar: «He sido descrito como un déspota y como un salvaje. Si nadie dice la verdad, la tendré que decir yo».
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