España vence a Gran Bretaña en Baloncesto.
Diez meses después de la final del Eurobasket de Lituania en Kaunas, la España de la ilusión, los retos y los imposibles volvió a encenderse en Valladolid. Y lo hizo sufriendo más de lo esperado ante la rearmada Gran Bretaña, anfitriona de los Juegos, en un guión del todo previsible. Porque en el primer envite de preparación de cara a los Juegos no estuvo Navarro (en período de recuperación de la fascitis plantar que le minimizó en el playoff final de la Liga Endesa) y no estuvo Rudy Fernández (reservado para el partido de hoy, en el Palacio de los Deportes, a las 22.15 h., ante Francia).
Como era de esperar, Gran Bretaña ofreció resistencia como lo hiciera en los dos últimos enfrentamientos oficiales. La calidad, con cuentagotas, del NBA Luol Deng, la versatilidad (dentro-fuera) a cargo de los ACB Freeland y Mensah-Bonsu, y el desparpajo de cara al aro más allá de la línea de 6,75 (hasta seis jugadores anotaron), proporcionó el oxígeno necesario al conjunto británico para mantenerse en partido.
España, sin pisar el acelerador, como prueba el hecho de que tuviera demasiados problemas en el bloqueo del rebote, fue capaz de hacer diferentes probaturas tácticas de cara al futuro, como la zona de ajustes 2-3 o esa defensa 1-3-1 en medio campo acoplando en zona que Scariolo destapó del cajón del olvido para motivar y alertar a sus hombres. Le bastó la calidad de los hermanos Gasol, Calderón y sobre todo un activo y maduro Ibaka, para hacer frente a la anarquía de una Gran Bretaña que se apoyó en la línea de tres puntos sin ningún rubor, aunque quizás en exceso.
España venció mirando de reojo ya a sus dos más inmediatos compromisos ante Francia, con entrada libre para los 500 primeros desempleados que pasen por la taquilla, y Túnez (el jueves en Salamanca). Probaturas, experimentos en busca del mejor quinteto.
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