El espíritu de Marc Márquez
«No me preocupa que me tilden de agresivo. Si me preocupara, no lo haría». Fue una de las reflexiones de Marc Márquez nada más terminar la carrera de Jerez, tras el incidente con Jorge Lorenzo que desató la caja de los truenos del Mundial. Más bien fue una conclusión: «Es mi estilo». No va a cambiar. También dijo: «Al final me ha salido el espíritu de siempre querer más».
Sólo hace falta echar un vistazo a su trayectoria reciente para saber en qué consiste ese espíritu. Principalmente la temporada pasada está plagada de acciones similares. Márquez ejecuta, tira de agresividad, alguien sale perjudicado y llega la polémica. También las sanciones. Eso sí, siempre pide perdón.
Por ejemplo, en 2012 hubo hasta cuatro ocasiones en la que salió a relucir el lado salvaje. Nada más comenzar el campeonato, en Qatar, Marc recibió un aviso de Dirección de Carrera, ya que Thomas Luthi se quejó debido a una derrapada que obligó al suizo a irse largo en una curva y perder la oportunidad de luchar por la victoria en la última vuelta.
Poco después, en Cataluña, llegó quizá la más sonada de las polémicas que además fue el inicio de una rivalidad. Pol Espargaró –con quien ya se las había tenido en 125cc– salió volando peligrosamente cuando Marc le cerró sin mirar en la curva 10. Dirección de Carrera, de oficio, le sancionó con un minuto, aunque un recurso del equipo la anuló posteriormente. En Misano, semanas después, otro escalofriante mano a mano con el de Granollers –rivalidad infinita que no tardará en prolongarse en MotoGP–, en la que llegaron las quejas públicas: «No me ha gustado la manera de luchar que ha tenido Márquez».
No acabaron ahí las peripecias del actual líder del Mundial, siempre en el ojo del huracán. En Motegi fue Mika Kallio el que se llevó la peor parte y se lo recriminó desde el mismo suelo, y en Cheste, en la última carrera, cuando ya era campeón, finalmente le llegó la sanción que se veía venir. Allí salió en la última posición de carrera –luego firmó la recordada y espectacular remontada para ganar– tras tirar a Simone Corsi.
Todos esperaban su leyenda en MotoGP y no ha tardado en ser él mismo, un estilo bastante similar al de Valentino Rossi y que el italiano siempre ha defendido. En Jerez fue el primer roce y lo tuvo nada menos que con el campeón del mundo. Dirección de Carrera no vio nada extraño y no estrenó el Carné por Puntos: «Lo consideramos un acto de carrera».
Y aunque Jorge Lorenzo se mostró muy contrariado por la acción no es porque en el pasado él no haya sido un piloto agresivo. Ayer circulaba un vídeo en el que embiste a Joan Olivé en esa misma curva –ahora Jorge Lorenzo, entonces Ducados– para ganar la carrera de la Copa Aprilia. Apenas tenían 10 años pero ya concluía: «Lo siento por él, pero así son las carreras». Bien es cierto que, después de varias lesiones graves, el balear había optado por la prudencia sobre el asfalto. «Esto igual me hace sacar otra vez mi lado agresivo a partir de ahora», dijo después en Onda Cero Jorge.
Ayer, ambos se volvieron a ver las caras en el trazado andaluz, pues los equipos se quedaron haciendo unos test oficiales. Con las aguas más calmadas, Márquez marcó el mejor tiempo (1:38:824), por delante de Cal Crutchlow y del propio Lorenzo. En unos días, en Le Mans, regresa la acción.
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