Será complicado sin Xabi Alonso.
Jugarse el paso a las semifinales de la Liga de Campeones sin el sancionado Xabi Alonso en el equipo titular puede parecer una tarea complicada, aunque el nombre del sorprendente rival, el Apoel chipriota, parezca una peligrosa invitación a la molicie. En la plantilla del Real Madrid hay indiscutibles como Iker Casillas o Cristiano Ronaldo, pero la especifidad del puesto del guipuzcoano le convierte en insustituible.
Lo demuestran los números. Ha jugado en 28 de los 29 partidos de Liga, en los ocho de Copa de Europa y en cuatro de los seis encuentros de Copa del Rey. Es un metrónomo, la brújula del equipo y si él se siente bien, el Madrid juega bien. El escaso pedigrí del Apoel no esconde la trascendencia de un partido con trampa y premio final, nada menos que la segunda semifinal europea consecutiva después de años de abstinencia y mediocridad.
En la víspera de un partido diferente en un pequeño estadio en el que ya cayeron el Oporto, el Zenit y el Lyon, a Mourinho le preguntaron poco de fútbol. Es lo habitual. Con Sami Khedira sentado a su lado y la baja de Alonso sobrevolando sobre la confección del equipo titular, las grandes preocupaciones de la humanidad periodística se centraron en el silenzio stampa tras el partido de la pasada semana en Villarreal.
«En lugar de Xabi jugará otro que también tiene calidad. Tenemos que dar un paso adelante para volver a estar en semifinales de la Liga de Campeones. Esteban Granero es una buena opción para jugar al lado de Khedira. Es un jugador equilibrado y necesitamos un futbolista así, aunque no estoy diciendo que vaya a ser titular».
Esas fueron las referencias a un asunto capital que apareció casi al final de una comparecencia en la que Mourinho se sintió incómodo y con evidentes deseos de pasar de inmediato a una actividad más gratificante para él. La UEFA impuso su comparecencia, ya que de lo contrario, el club habría tenido que hacer frente a una fuerte multa. Contestó sólo la primera vez que le preguntaron por ese silencio institucional. En las tres siguientes, dio paso a otra cuestión mirando al tendido. Su respuesta provocó la sorpresa general: «Yo no soy el responsable, yo no he determinado absolutamente nada. No es verdad que yo haya impuesto la ley del silencio. No tengo que justificar nada, pero para complementar la anterior respuesta digo e insisto en que yo no soy el responsable».
De inmediato, todas las flechas se lanzaron sobre la declaración previa de Emilio Butragueño y una supuesta contradicción, ya que el Buitre comentó que la decisión de no hablar había sido tomada por el cuerpo técnico y los jugadores. En realidad, Mourinho se ciñó a los hechos posteriores al 1-1 en El Madrigal. Él decidió que ningún técnico tomara la palabra.Pero en el caso de la plantilla, fueron los propios jugadores, sin imposición de nadie, quienes también prefirieron no atender a los medios por un tiempo. Con razón o sin ella, la mayoría salió muy quemada de ese partido y la decisión se tomó para no crispar más el ambiente y no acabar diciendo más de una inconveniencia que hubiera costado cara posteriormente.
Hablando de fútbol, Mourinho presentará un equipo ofensivo, aunque pensando en que hay partido de vuelta y en que las condiciones del estadio del Apoel, pequeño, con gran presión del público y con un césped que no es ni de lejos la alfombra del Bernabéu no invitan a excesivas alegrías. Es complicado que repitan juntos de salida los tres delanteros que arrollaron a la Real, Higuaín, Cristiano y Benzema, y el acompañante más natural de Khedira, en efecto sería Granero, aunque Mourinho le ve más como volante que como mediocentro. Las otras opciones son Coentrao, para darle ida y vuelta y mucho ritmo al partido y, en mucha menor medida, el poco utilizado Sahin. Con Granero se buscaría más control de balón. Lass ni está ni se le espera
El Apoel vive el mejor momento de su historia. Jamás un equipo chipriota llegó tan lejos en la competición europea, aunque en las últimas campañas ya dio algún susto a equipos españoles. Hace dos temporadas, el Atlético de Madrid no pudo ganarle en la liguilla de la Champions y saldó sus dos enfrentamientos con sorprendentes empates. Y en la pasada Europa League, el Getafe tuvo que llegar a la prórroga para seguir adelante.
«No puedo esconder que por potencial económico y plantilla somos favoritos. Pero el Apoel tiene nuestro respeto. Se ha ganado llegar hasta aquí y nos ha enseñado lo importante que es sentirse un equipo, tener equilibrio», dijo Mou antes de volver a su silencio.
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