miércoles, 23 de octubre de 2013

El misterio de Diego Costa


Diego Costa apareció por la zona mixta recién duchado, de impecable traje oficial, negro con camisa blanca y corbata negra, el pelo engominado y esa sonrisa socarrona que lleva algo de ¿qué, qué decíais de mí antes? Tranquilo, con las manos en los bolsillos, habló con las televisiones y después se paró delante del resto de los micrófonos, que en esto de la Champions las zonas están bien delimitadas. Agradeció a los doctores el trabajo realizado –en un discurso idéntico al pronunciado por Simeone poco antes en la sala de prensa–, dijo que estaba «muy feliz» por su debut en esta competición y, hechas las presentaciones, se vio obligado a hablar, cómo no, de con quién jugará el Mundial. 

La secuencia fue tal que así. Primera pregunta sobre si va a jugar con España. «La decisión está tomada, ya hablaré cuando toque. Ahora mismo no puedo decir ni que sí ni que no, pero la gente que debe saber cuál es mi decisión ya lo sabe», fue la primera respuesta. ¿Tienes previsto hablar con Del Bosque? «No tengo mucho más que hablar con él. Mi decisión está tomada y eso es lo más importante. Yo lo tengo muy claro, y la gente que tiene que saberlo ya lo sabe». Tercer intento: ¿Cuál es esa decisión? «Si lo pudiera decir ya lo habría hecho». Cuarta y última tentativa: «No se puede todavía». 

La explicación que ofrecen en el Atlético es que Diego Costa, aconsejado por el propio club y por alguno de sus amigos, prefiere no ser el que diga abiertamente que quiere jugar con España, por mucho que de sus palabras la deducción no sea difícil. Es una cuestión familiar, pues a Costa le provoca cierto recelo la reacción de la afición brasileña, y teniendo en cuenta que toda su familia sigue viviendo en Lagarto, cree el futbolista que es mejor que las gestiones se lleven a cabo lejos de los focos. 

Esas gestiones pasan por conseguir que Scolari no lo llame el próximo día 31 y sí lo haga Del Bosque una semana después. Diego Costa quiere jugar con España, así se lo transmitió al seleccionador y así se va a mantener, aseguran quienes lo conocen bien. Pero no quiere decir públicamente que su elección es España por las posibles consecuencias para su familia. Se trata, en suma, de hacer que parezca un accidente, es decir, que parezca, su convocatoria con España, la única vía posible. En el Atlético, entre tanto, se afanan en proteger al futbolista para que toda este maremoto no se lo lleve por delante ahora que él es el faro casi único del grupo. 

«Lo esperamos hasta el final y salió bien. Hoy [por ayer] los médicos dieron el alta y los fisios trabajaron muy bien. Hizo un partido de nuevo enorme, de apoyo de espaldas, de profundidad para dar salida a sus compañeros...», contó Simeone, por lo demás muy satisfecho con su equipo, encantado de haber superado el mejor inicio en la Champions del Atlético, que jamás había ganado sus tres primeros partidos. «Más allá del resultado, me voy muy contento otra vez por el compromiso de los jugadores, por el afán del trabajo colectivo», cerró el argentino, que después, en la zona mixta, bromeaba con las sorpresas de la alineación. Estaba feliz.

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