El Barcelona ya está a 4 puntos.
Pep Guardiola ha ido repitiendo su letanía desde que el Barcelona se derrumbara en Pamplona en la jornada 23 y permitiera que el Real Madrid tomara diez puntos de distancia en el liderato. «Olvidaos de esta Liga, no la ganaremos. Es imposible». Palabras que el técnico azulgrana ha ido soltando cíclicamente desde entonces ante su púlpito mediático mientras, tras las paredes del vestuario, intentaba agitar a una plantilla que siempre consideró «injusta» semejante diferencia de puntuación.
La derrota en el Reyno de Navarra inauguró, sin embargo, una racha de nueve triunfos de un Barcelona arrastrado por Messi y que suele concluir las temporadas en su pico más alto de rendimiento (así lo suele concebir su preparador físico, Paco Seirul·lo). El Real Madrid, en cambio, ha dejado escapar seis puntos desde entonces. Con el equipo de Mourinho a cuatro puntos de distancia y a falta de apenas siete jornadas por disputarse, ese «reto titánico» del que hablaba Guardiola parece cada vez más cercano. Por si fuera poco, una victoria barcelonista mañana ante el Getafe colocaría a los azulgrana a un punto del Real Madrid, a la espera del derbi del miércoles frente al Atlético en el Calderón.
El optimismo barcelonista tiene mucho que ver con el calendario que aguarda a unos y otros, con una cita culminante, el clásico del próximo 21 de abril en el Camp Nou, partido que bien podría decidir el campeonato.
El Barcelona, que sólo ha perdido un punto en su estadio en todo el torneo (un empate frente al Sevilla), fija la vista en las tres salidas que le restan. Si acaso, la más peliaguda sería la del Ciutat de València ante ese Levante europeo que ya le ganó al Real Madrid esta temporada. Luego quedarían la visita a Vallecas (plaza donde el Real Madrid sudó sangre para llevarse el triunfo) y un último encuentro en el Benito Villamarín ante un Betis que podría ser que ya no se jugara más que la honra.
El Real Madrid, en cambio, quizá no encuentre algo de respiro hasta que alcance las dos últimas jornadas de Liga con dos partidos, a priori, de escaso peligro (la salida al campo del Granada y la visita en el cierre del torneo de un Mallorca con poco más que decir en el campeonato). Antes, eso sí, le tocará afrontar compromisos de lo más peliagudos, tanto fuera como en casa. A los de Mourinho no les quedará otra que sacar los máximos puntos posibles de tres campos especialmente hostiles: Vicente Calderón, Camp Nou y San Mamés.
Ya en casa, el próximo sábado recibirá la visita de Clemente, quien quizá agote sus últimas balas para opositar a la salvación del Sporting imitando aquel cerrojazo que a punto estuvo de costarle un disgusto al Barça en el Camp Nou. A tres jornadas de la conclusión, será el Sevilla del ex madridista Míchel -con alguna que otra cuenta pendiente con los actuales dirigentes blancos- quien acuda al Bernabéu.
Con el actual sistema de competición nunca un equipo ha dejado escapar diez puntos de renta para acabar perdiendo una Liga. Si acaso, el referente más cercano sería el de un compatriota de Mourinho, Carlos Queiroz, que en el curso 2003-2004 brindó el campeonato a un Valencia al que aventajaba en ocho puntos a falta de 12 jornadas.
0 comentarios:
Publicar un comentario