lunes, 4 de marzo de 2013

El Athletic apretó los dientes



Un abrazo, una piña. Los jugadores del Athletic sufrieron como perros durante 93 minutos, pero pudieron celebrar, al fin, una victoria que rompe una peligrosa racha negativa. Una vez más, el sufrimiento purifica. Los rojiblancos salieron anoche de El Sadar más puros, reforzados moralmente frente a Osasuna, que pudo ganar, pero desperdició sus oportunidades. Los 700 seguidores bilbainos que acudieron a las gradas del estadio pamplonica tuvieron un regreso feliz a Bilbao.

Sacará Marcelo Bielsa su libreta de apuntes y Corres su rollo de esparadrapo. El entrenador anotará el partido de anoche en el debe, esa lista en la que apunta los partidos que su equipo ganó sin merecerlo; el vicepresidente cortará un trozo y se tapará la boca para no desentonar con sus compañeros de directiva. De momento no toca restar créditos al técnico, porque los puntos son un bálsamo, y un subidón en un momento crucial.

El Athletic tuvo pocos recursos futbolísticos pero derrochó interés y sumó muchísimos kilómetros sobre el césped de El Sadar. Corrieron los rojiblancos lo que no está en los escritos, muchas veces sin demasiado sentido, pero sumaron los tres valiosos puntos y el abrazo final entre todos ellos significa mucho.

El tanto de Susaeta, en la mejor acción del Athletic en todo el partido, tranquiliza de momento a la parroquia rojiblanca que va de sobresalto en sobresalto y, de paso, hunde un poco a Osasuna, que comenzó la jornada por delante de los rojiblancos y la acabó por detrás. Tal vez los rojillos merecieron más, pero esta vez se encontraron a un Gorka Iraizoz reactivado por el castigo en el banquillo las dos últimas jornadas. El portero rojiblanco estuvo impecable desde el principio hasta el final. «Hay que reconocer que Iraizoz tuvo una actuación importante, de mérito, que merece ser reconocida», afirmó después el técnico argentino.

Osasuna jugó a ser el Athletic y derrochó media docena de buenas ocasiones; las más claras al principio, cuando el equipo de Bielsa aún no estaba en el partido. En el minuto 4, Sola y Flaño se estrellaron contra el portero en dos acciones consecutivas, y las oportunidades, con una defensa rojiblanca cuestionada y que volvió a hacer aguas en muchas ocasiones.

Pero ayer se vio un Athletic que apretó los dientes, pese a no disponer de la pelota como en otros partidos. Osasuna cortaba las vías de suministro y los rojiblancos perdían demasiadas opciones en el medio campo, así que el remedio fue la solidaridad y el compromiso de todos. Sin demasiado fútbol, lo mejor era unirse por la causa, y en ese aspecto no falló nadie. Una victoria, tres puntos, que alivian a Bielsa y al Athletic, que se distancia un poco del abismo, que respira, adelanta a Osasuna, y gana tiempo.

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