sábado, 7 de abril de 2012

Valentino Rossi no se rinde nunca.


En la foto de familia de la renovada parrilla de MotoGP, realizada antes de que cayera el sol en la eterna recta de meta del trazado qatarí de Losail, por primera vez no aparece sentado en los puestos de honor junto con Casey Stoner, Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo. Una línea que la completan Ben Spies, Andrea Dovizioso y Cal Crutchlow. Justo detrás del vigente campeón del mundo de MotoGP, una fila más atrás, emerge la figura de un piloto espigado, sonriente y con nueve títulos de campeón del mundo a sus espaldas tras 16 temporadas en el Mundial. 


En el curso que arranca este fin de semana, por vez primera, Valentino Rossi no entra en el selecto grupo de los favoritos, después de que el pasado curso su casillero de victorias terminara a cero. Un hecho inédito hasta la fecha. 
«El año pasado tampoco era uno de los favoritos, pero todo el mundo me metía en el grupo. Es una situación especial la que me ha tocado vivir, pero prefiero esto que lo del año pasado», analiza Il Dottore, que apunta a Stoner y Lorenzo -los más rápidos a lo largo de la pretemporada y de los primeros entrenamientos- como los favoritos. «También Pedrosa, que no estará lejos», matiza. 


Reconoce que aún le queda mucho trabajo por delante, que la temporada será dura. «Puede que se ponga en duda mi futuro, pero no mi pasado. Esta temporada es muy importante y debemos mejorar. Visto lo visto hasta ahora en los entrenamientos, habrá que pelear incluso para estar por delante de los que no cuentan», asegura después de terminar ayer la octava posición, en la segunda jornada de entrenamientos del GP de Qatar. 


Ni Ducati ni Rossi pueden permitirse volver a fallar en un año crucial, pero confían en dar la vuelta a la situación en las primeras carreras de la temporada. El problema radica, como en el pasado curso, en la falta de feeling en la rueda delantera. Cuando suelta el gas para entrar en la curva es donde sigue sufriendo y cuanto más rápido va, más pierde el centro de la curva. 


«Mucha gente, entre la que yo me incluyo, sigue creyendo en Valentino. No creo que sea un problema suyo, de que tenga 33 años, sino de dar con una buena puesta a punto de la Ducati. Valentino no es tonto y sabía que se podía encontrar con los problemas que se ha encontrado. La Ducati es una moto muy especial. Él ha visto cómo un montón de pilotos con mucho talento se subían a la Ducati, pero el único capaz de sacarla partido ha sido Stoner», analiza Ángel Nieto, que conoce al piloto italiano desde que era un niño. 


Después de la desastrosa temporada vivida, la fábrica de Borgo Panigale decidió dar un cambio radical, pero sin renunciar a su característico motor donde los cilindros forman un eje de 90 grados. 
Carta blanca para Il Dottore, que exigió cambiar el chasis de fibra de carbono por el tradicional de aluminio, de uso común en las fábricas japonesas y que permite una mayor agilidad en la entrada en curva y un pilotaje menos físico. Pese a todo, los problemas no se han solucionado del todo pero Valentino no se rinde nunca.


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