lunes, 21 de mayo de 2012

Maria Sharapova.



Recién cumplidos los 25 años y a unos meses de contraer matrimonio con Sasha Vujacic, Maria Sharapova es un eslabón generacional en el tenis de hoy. Toda una veterana del circuito, muy lejos ya el primero de sus tres títulos del Grand Slam, conquistado en Wimbledon con 17 años, la ex número uno del mundo mantiene intacto el apetito. 

A diferencia de las hermanas Williams, ya en la treintena y con apariciones intermitentes en la competición (exitosas en el caso de Serena) la rusa se aplica con rigor y determinación, inmersa en una pelea abierta con tenistas algo más jóvenes, como la número uno del mundo, Agnieska Radwanska. Prueba de ello fue ayer la revalidación del título en Roma, tras una final repleta de suspense, al que contribuyó la interrupción durante más de dos horas debido a la lluvia.


 En ese instante, Sharapova y Li se disponían a jugar el desempate del tercer parcial, en un partido repleto de alternativas, con las idas y vueltas acostumbradas en el circuito femenino. Ganó la tenista de Nyagan por 4-6, 6-4 y 7-6 (5), en dos horas y 52 minutos, no sin antes salvar un match point, cuando iba 6-5 abajo en el tercer parcial, merced a un gran golpe de derecha. Toda carácter, había estado a dos juegos de la derrota (4-6, 0-4), antes de una reacción que tardó en culmimar tras colocarse 4-1 arriba y servicio en el tercer parcial. «Fue un partido loco. No debió haber vencedora ni vencida», comentó después. Ausente de la competición entre agosto de 2008 y mayo de 2009 debido a una operación en su hombro derecho, llegó a caer hasta el puesto 126 del ranking. Atrás había quedado la oportunidad frustrada de estar en los Juegos de Pekín. 


Lejos de dejarse devorar por su propio personaje, la segunda mejor jugadora del momento ha demostrado una permanente lealtad al juego. Hay una sólida frontera entre la mujer y la tenista, que rechaza someterse a la frivolidad de los placeres aparentemente inherentes a su condición de estrella mediática. El enlace del próximo 11 de noviembre en Estambul con Vujacic, campeón de la NBA con los Lakers de Gasol, en nada solapa su carrera profesional. Roma, 26º título, es el segundo del curso, tras perder las finales de Australia, Indian Wells y Miami. 


La victoria relanza sus aspiraciones en Roland Garros, que comienza el domingo. Nunca ha ido más allá de las semifinales en París, el único de los cuatro grandes que aún no pasó por sus manos. Dotada de un juego explosivo, más apto para superficies rápidas, gana aplomo con el paso de los años. «Dominar la tierra batida tiene mucho que ver con el físico. Me he movido, he resbalado, he golpeado bien el servicio», valoró ayer sobre un terreno del que siempre se ha reconocido algo ajena. Na Li, de 30 años, defenderá la copa en la capital francesa. «El partido fue una broma, fue como jugar fútbol bajo la lluvia. No podías relajarte. Fue tenso. Cuando volvimos a salir, ella demostró ser la jugadora más dura», comentó.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

i loves much María Sharapova yuor fan i like my much so sexys legs
giveme one picture yuor pls showme yuor body sexy pls bye

24 de febrero de 2013, 6:26

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