España es grande!! pasamos a finales.
Saltos, lágrimas y emoción. Otra vez a la final, otra vez a rozar la copa, la tercera será. Y lo hicieron los chicos de la selección tras un partido durísimo, donde tuvieron que resistir el poderío físico portugués, que soló cedió en la prórroga. Y ahí, los cambios, la experiencia y el hambre española que no cesa permitieron que el equipo apretara al final, llegara con rabia a los últimos minutos, con los lusos ya de rodillas. No hubo gol, pero casi.
No pasaba nada, ahí estaban los penaltis, ahí estaba Iker Casillas y el resto, cómo no. Por ejemplo, Cesc, otra vez el héroe en la tanda decisiva desde los 11 metros. El no dudó y, como hace cuatro años en la Eurocopa de Austria y Suiza, clasificó a España. Entonces fue Italia. Ahora Portugal y el pie, el mismo, el derecho del mediapunta catalán. Gol y a la final. Por detrás, abrazos y besos, muchos a Casillas, otra vez también protagonista, con paradón a Moutinho. El tiro de Bruno Alves no lo detuvo, pero lo guió con la vista hacia la madera. Piqué le agarraba del pelo y Llorente, despojado del chandal, vestido de jugador aunque todavía no haya debutado, apretujaba contra su enorme pecho al portero, que cuando pitó el minuto 120 puso cara de ahora me toca a mí.
«Aparentaba tranquilidad, pero siempre digo que los penaltis son una lotería. No hemos empezado bien, pero luego he tenido la intuición en el primer penalti», dijo el capitán, algo sorprendido por no haber tenido que medirse a Cristiano Ronaldo, que se quedó sin lanzar.
El jefe del vestuario, Vicente del Bosque, suspiró aliviado con el gol de Cesc y mientras su gente explotaba de alegría, él se dirigió despacio y decidido al banquillo rival, en búsqueda del seleccionador portugués. Abrazó y consoló a Paulo Bento. «Estamos contentos, nuestros jugadores han hecho un esfuerzo extraordinario después de haber competido 90 minutos. En la prórroga estuvimos mejor, un pelín mejor. Ellos no han tenido tantas oportunidades y sólo alguna amenaza de Ronaldo», comentó el entrenador.
«No ha sido un gran partido, pero siempre lo tuvimos controlado. Este grupo de jugadores es fantástico y están demostrando su generosidad», ensalzó Del Bosque, que valoró la semifinal de los suyos. «Podemos discutir que no hayamos jugado muy bien, pero defensivamente tenemos un gran comportamiento. Los mediocentros, la alegría de Jesús Navas y Pedro, que aportan mucho al equipo también estuvieron bien», resumió Del Bosque, orgulloso a la hora de explicar lo que sintió el banquillo al ver la genialidad de Ramos cuando golpeó el balón: «Sergio no se ha acobardado».
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