Samuel sufrió una caída en el kilómetro 47.
El Dauphiné Libéré, que es el termómetro del Tour, marcó una temperatura muy alta para Samuel Sánchez. Tanta, que estuvo a un paso de dejarlo aparcado en casa el mes de julio, después de que ayer, en una jornada que se resolvió al sprint a favor de Cadel Evans, sufriera una caída en el kilómetro 47 que se saldó con un insoportable dolor en la zona costal izquierda, que en una primera observación, desde el coche de los médicos pareció una fisura, más grave que una contusión simple y menos compleja que una fractura. «Dudo mucho que con una costilla rota, hubiera podido llegar a la meta», le dijo uno de los médicos que le atendieron al director del equipo, Gorka Gerrikagoitia, lógicamente preocupado por la salud del ciclista.
Samuel se cayó en el descenso de la cota de Saint André y llegó doblado a la meta, pero acabó la etapa después de 140 kilómetros soportando un dolor que parecía insoportable, tras ascender cuatro puertos de montaña. Estuvo a punto de atravesar la llegada fuera de control, pero finalmente perdió 23.54 minutos y salvó el pellejo.
Los ciclistas son hombres de hierro. Durante 140 kilómetros circuló sobre la bicicleta en persecución del pelotón, junto a Ricardo García y Peio Bilbao, que se sacrificaron por su jefe de filas. Juntos ascendieron cuatro puertos de montaña a un ritmo más lento que el pelotón, por el afán de Samuel de terminar la etapa. Llegó, cruzó la línea y se metió en el autobús del equipo entre grandes muestras de dolor. No podía ni siquiera caminar erguido. Poco después fue trasladado al hospital de Saint Vallier, donde le hicieron varias radiografías del costado y de la espalda.
Después de su análisis los médicos no detectaron más que una fuerte contusión con inflamación de la zona, pero no vieron rotura ni fisura. En principio, mandaron a Samuel al hotel del equipo y en función de cómo haya pasado la noche, tomará la salida o no en la tercera etapa del Dauphiné que se disputa hoy entre Lamastre y Saint Felicien, de 160 kilómetros de recorrido. «Nos han dicho que habría que hacerle un TAC para detectar si hay algo más, pero por ahora, los médicos creen que sólo es el golpe», apuntaba Jesús Aizkorbe, el portavoz del equipo Euskaltel.
Samuel Sánchez, si toma la salida, tendrá que enfrentarse a cinco puertos de montaña, más la llegada, que se disputa en alto, en un alto de cuarta categoría. No es el trazado ideal para descansar y recuperarse de los dolores, pero el asturiano está dispuesto.
Es una buena señal de cara al Tour y a los Juegos Olímpicos de Londres, para los que ha sido seleccionado y en los que deberá defender su título de campeón, que consiguió junto a la Gran Muralla en Pekín. Si el debate es tomar la salida o no en la siguiente etapa, parece obvio que no tendrá problemas para liderar a su equipo, el Euskaltel, en la edición del Tour que parte de Lieja (Bélgica), ni para, después, tomar la salida en las pruebas en línea y contrarreloj en los Juegos de Londres, apenas unos días más tarde de que finalice la grande boucle.
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