viernes, 1 de noviembre de 2013

Acabó en empate


Pudo pasar de todo, y todo acabó en empate, un buen resultado según cómo se mire. El Elche se adueñó del partido en la primera parte pero el Athletic se lo comió tras el descanso, cuando ya no tenía nada que perder. Por primera vez el público de San Mamés sintió el frío en las gradas. Va a ser un invierno inhóspito con una grada al aire. El Athletic también sintió el frío en los huesos que le producen las alturas. 

Llega el equipo bilbaíno a la zona alta de la clasificación, con la oportunidad además de colocarse más arriba aún, y comienzan las tiritonas por el frío, los mareos por el vértigo, la falta de oxígeno de las cumbres. Así que el comienzo fue como salir del campo base de madrugada, con los carámbanos colgando inmisericordes en el exterior de la tienda de campaña. Apareció helado el Athletic, mientras el Elche traía encima el calorcillo, la confianza de un equipo nuevo en esta plaza, con buenos peloteros y las ideas claras. 

Y el partido se decantó enseguida hacia el Elche, en un saque de esquina que Lombán remató sin oposición alguna. 

Sorprendió en principio que Valverde prescindiera de Aduriz y fue él quien acabaría aproximando la remontada, que se quedó en empate, después de una segunda mitad distinta, con el Athletic en erupción. Ni siquiera el gol del Elche dos minutos después de la reanudación arredró a los hombres de Valverde, ya sin vértigo. 

Primero fue Susaeta, autor de un golazo antológico al rematar de volea un pase de 50 metros de Iker Muniain, al que ya no le dolía la espalda en la segunda parte; después Aduriz, como quedó dicho. Remató de cabeza un córner sacado por Beñat y el Athletic se marchó destemplado.

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