Iniesta nombrado mejor jugador de la temporada pasada
Hubo un silencio en la sala, y un oohhh bajito, casi imperceptible, al fin y al cabo nadie duda de que él lo fuera, pero incluso él, Andrés Iniesta, tardó un par de minutos en recobrar el gesto normal después de ser nombrado mejor jugador de la temporada pasada por la UEFA. Sorprendido, las cejas arriba, la mirada perdida, incluso cuando tenía ya el trofeo bien amarrado entre las manos, grabado su nombre minutos antes delante de las cámaras, hasta ahí quiso llevar la emoción la UEFA en una gala que concluyó con una sorpresa mayúscula. Por primera vez desde que en 2010 Diego Milito (entonces en el Inter de Mourinho) ganara el premio de la UEFA al mejor jugador del año, nadie que no fuera Messi o Cristiano Ronaldo había levantado un trofeo individual.
Es más, desde que Kaká ganara el Balón de Oro en 2007, sólo esa excepción de Diego Milito rompe la guerra entre el argentino y el portugués por estos trofeos. Y, en ese tiempo, España ganó una Eurocopa (2008), un Mundial (2010) y por si no fuera suficiente, volvió a ganar una Eurocopa hace dos meses. Pero ni con esas esperaba nadie que en el pesado trofeo, plateado, voluminoso, apareciera el nombre de Andrés. La cara de Cristiano y del propio Messi, menos expresivo, lo dejaron claro. Dentro de la frialdad que siempre preside sus encuentros públicos, aplaudieron a Iniesta y el manchego, mucho menos efusivo que su esposa, agradeció, no cabía otra. «Es un honor para mí compartir escenario con estos dos grandes jugadores. Y quiero dedicárselo a Leo, que es mi compañero. Al resto de mis compañeros en el Barça y a los de la selección. Sin ellos este premio no tendría sentido». Irina, la novia de Cristiano, de un blanco deslumbrante, parecía incluso más contrariada que su chico. A Messi su chica no lo acompañó ayer.
Salió Iniesta triunfador de un espectáculo televisivo donde las votaciones -en manos de 53 periodistas europeos que apretaban el botón en tiempo real- dejaron un resultado apretadísimo. Iniesta obtuvo 19 votos, por 17 de sus dos rivales. Antes de conocer el resultado, sentados en tres sillas consecutivas del auditorio, apenas hubo gestos. Luego, una vez llamados al escenario del Fórum Grimaldi, Iniesta y Messi hablaban en español con Pedro Pinto, el presentador, mientras Cristiano lo hacía en inglés a preguntas de la bellísima Melanie Winiger. «Esta candidatura es gracias a mis compañeros», había dicho Cristiano antes, que viajó a Mónaco con la sobrecarga con la que terminó el partido frente al Barça y que, 30 minutos después del cierre de la gala estaba en uno de los helipuertos de Mónaco subiéndose a un helicóptero que lo trasladó hasta el aeropuerto de Niza. No había tiempo que perder. Necesitaba descanso.
Atrás quedaba el ganador recibiendo las felicitaciones de todo el mundo, la primera, cómo no, de Messi, al que se vio sonreír con timidez. También la de Andoni Zubizarreta. «Es un premio al futbolista español, un premio a una tipología de fútbol que es la que defendemos en La Masía», adujo el ex portero internacional y director deportivo azulgrana, que dijo sentirse orgulloso, como ex futbolista español, de que por fin se reconozcan los méritos de un tipo que, sin ir más lejos, canalizó todo el fútbol de la selección en la última Eurocopa. No sobraba ese premio, acaso ciertamente tardío.
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