lunes, 29 de abril de 2013

Vanessa Veiga gana el maratón de Madrid



Ya los había corrido. Muchas, muchas veces. Esos 50 metros de éxito que ayer recorrió habían sido repetida fantasía, necesaria evasión mental, cuando a finales de 2009 intentaba aguantar al trote. En el Parque del Retiro, cumplidos 42 kilómetros del Maratón de Madrid y la meta ya visible, encontró a su izquierda, desfondada, a la atleta etíope dos veces ganadora de la prueba Girma Tadesse. La rebasó. 
Al otro lado, seguía su segunda liebre, su cuñado Fernando rematando el trabajo inicial de su marido, Julio Rey, recordman español de maratón. Luego, cinta y aplausos, 2h36.38, la felicitación de su suegro y entrenador, Julio padre, y el esperado abrazo de sus tres hijos. 

Idílica victoria, soñado final que sólo eso, sueño, podía ser en aquel 2009. Entonces, Vanessa Veiga llevaba casi siete años sin salir a correr. «Guardé las zapatillas en una caja y la caja en un armario», explica la atleta pontevedresa, que a los 20 años, en 1999, se mudó a Toledo, la ciudad de Julio Rey. Era la época en la que destacaba en el cross, campeona nacional junior y promesa y mundialista en 2000 y 2002. En su tierra, era la sucesora de Julia Vaquero, doble medallista europea y novena en Atlanta 1996. 


Pero no. En 2003, embarazada, abandonó las zapatillas. A la caja, al armario. Nació Silvia, dos años más tarde llegó Julia y, tras dos más, David. «Sentí que era el momento de dejarlo, no fue un problema», detalla Veiga, que no se replanteó la situación hasta que su marido, ya subcampeón del mundo, ya doblemente olímpico, tuvo que retirarse. «Quise seguir inculcando el deporte a los niños, mantener el atletismo en casa», señala la maratoniana, vencedora de una prueba donde se rindió tributo a las víctimas y damnificados de los recientes atentados de Boston. 


Su voluntad fue tal que olvidó el cross y el mediofondo y, con su excelsa técnica, se tiró al asfalto, a devorar kilómetros. «Tener tres hijos es, al fin y al cabo, como completar una carrera de ultrafondo», bromea. 
Tras unos duros inicios, en 2011 venció en el Campeonato de España de maratón y logró mínima para los Juegos Olímpicos de Londres que acabó, sufriendo, 97ª. Este año el objetivo era, pese a la dureza del circuito y la dificultad de lograr mínima mundialista, Madrid. Ser la primera española en ganar en la capital desde Josefa Cruz hace 15 años, en fin, esos 50 metros de El Retiro que ya había corrido. Muchas, muchas veces. 

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