viernes, 3 de mayo de 2013

El misterio de Messi



Alrededor de Leo Messi gravitan esperanzas pero también misterios. En su órbita habitaban los sueños de poder golear al Bayern y lograr estar en la final de la Liga de Campeones. No obstante, el secretismo sobre su estado físico ha vuelto a aparecer. Ayer, el goleador del Barcelona se sentó en el banquillo y de ahí no se movió. ¿A qué se debía su ausencia tras su reaparición estelar ante el Athletic? 

No se hizo público ningún comunicado médico sobre la estrella, ni siquiera se comentó de forma somera por qué no iba a ser titular ante la escuadra germana. Tuvo que responder al asunto Tito Vilanova, una vez acabado el sueño, con una sonora bofetada en forma de derrota por goleada: «Jugó en Bilbao porque se encontraba mucho mejor, ya se vio en su juego, en el cambio que le dio al equipo. Pero al final notó una sensación extraña», explicó el entrenador azulgrana. 

«No hay lesión, pero después de tantos días que no está entrenando, no se siente cómodo», descubrió. Messi se ejercitó el martes, en la previa del partido europeo, pero «la sensación era que con alguna jugada explosiva se podría romper y creía que no podía ayudar al equipo». Problema: la aceleración sorpresiva es el fuerte del argentino. 

El técnico y el jugador negociaron tras las consultas realizadas ayer con el grupo de fisioterapeutas de la entidad, que no jugaría de inicio ante el Bayern ya que «no se sentía cómodo» y que si hubiera alguna posibilidad de remontada, saliera al campo como ya hiciera, por ejemplo, ante el Paris Saint-Germain. No hizo falta. 

Precisamente en París, en el Parque de los Príncipes, el argentino sufrió una lesión en el bíceps femoral de su pierna derecha. No se especificó el daño. En los siguientes comunicados no se ha entrado en detalles sobre su dolencia. Pero sí que se ha creado un espectáculo a su vera. Cuando se ejercitó antes del duelo de vuelta ante el PSG, todas las miradas estaban depositadas en él. Salió el último. 

Desde ese encuentro, en el que participó en el gol del empate y luego pasó a caminar por el terreno de juego al no poder forzar su físico, su dosificación ha sido un hecho. Tanto, como para que el Barça avisara de que no había empeorado de ésta. No se había agravado. El misterio de su lesión perdura a día de hoy a pesar de las explicaciones dadas ayer por el preparador azulgrana. 

El mismo Tito Vilanova no se muerde la lengua cuando confiesa que el Barcelona tiene dependencia de Leo Messi. Argumenta que es de lo más lógico: se trata del mejor futbolista del mundo, cualquiera notaría su ausencia. Y no le faltan apoyos en esta teoría. Ayer le secundó el presidente Sandro Rosell. 

«Me remito a lo que dijo Vilanova: cuando tienes al mejor jugador del mundo, si no está, lo notas. Pero los demás también han dado la cara, estoy muy orgulloso de ellos, del cuerpo técnico, del público, que sabe que el Barça sabe ganar y perder», defendió sobre el astro el mandatario azulgrana. 
Sin embargo, Gerard Piqué fue más escueto: «Con Messi, el resultado habría sido el mismo». Curioso, hace semanas, tras empatar ante el PSG 1-1 tras la entrada al campo de juego de Messi, dijo: «Hablamos del mejor jugador del mundo. Si las cosas no salen tienes que usarle sí o sí». 

Sus 58 goles a lo largo de la temporada han sido una bendición para el Barcelona, pero también le han podido pasar factura. Desde el encuentro ante el equipo parisino, ha tenido que ir apareciendo con las estrellas invitadas en las series de televisión: de vez en cuando. Todo con tal de que llegara en óptimas condiciones al tramo decisivo de la temporada. No ha sido así. 

Suele decirse que a Messi le gusta jugar todos los encuentros. Sin embargo, su imagen en el banquillo se ha tornado habitual. Será hasta que mejore, hasta que esté en perfectas condiciones. Hasta entonces, queda tiempo para reflexionar si merece la pena que actúe siempre o si es más aconsejable que pueda tener algún día de descanso sin marcar goles.

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