jueves, 16 de mayo de 2013

El Valencia contundente contra el Rayo



Por segunda semana consecutiva el Valencia mandó un mensaje contundente a la Real Sociedad. Ayer le dijo desde Vallecas que dará guerra hasta el final, mientras las fuerzas y las matemáticas lo permitan. Tiene hambre de Champions el conjunto de Valverde, un hambre feroz. Su contundente triunfo sobre el Rayo confirmó que llega al tramo final ofreciendo las mejores sensaciones de la temporada, la de un bloque compenetrado y enchufado. 

Esa victoria le permitió acostarse en plaza de Champions, trasladando de nuevo toda la presión a la Real, favorita en el duelo de esta noche en Anoeta ante el Granada. 
Tuvo el Valencia muy clara bajo qué consigna podría asaltar Vallecas, así que fue cocinando el choque a base de paciencia. Cada presencia del Valencia en ataque se traducía en peligro. Y el empeño acabó dando sus frutos, en un centro de Feghouli por la derecha, Jordi Figueras agarró claramente a Parejo cuando éste se disponía a chutar. Penalti que transformó Soldado para seguir engordando sus mejores registros goleadores en Primera. 

Ya tenía el Valencia el partido donde quería. Con ventaja en el marcador, resultó mucho más fácil ahondar en la herida rayista, que sangraba a borbotones en defensa. Primero probó Parejo, pero chutó alto. Luego cogió turno Soldado, que no alcanzó el centro de Piatti tras superar a Arbilla. En la acción inmediata, casi un calco de la anterior, Soldado no perdonó la asistencia de Guardado para elevar más el listón de sus goles. 
Intentó acortar distancias el Rayo antes del descanso, pero Delibasic lo hizo con la mano y, a la vuelta del vestuario, ya no tuvo ocasión de evitar la goleada. La puntilla la puso Guardado, otra vez en una buena combinación ofensiva, y el 0-4 que cerraba la goleada lo hizo Valdez instantes antes del pitido final. 

Si la pelea por la Champions ya es cosa de dos, la de la Europa League está muy viva. Málaga, Betis y Sevilla están en un pañuelo. Más firmes son los pasos de los verdiblancos, que ayer condenaron al Celta con un gol de Rubén Castro. No fue un partido cómodo para los andaluces porque cuando mejor jugaron, más incapaces fueron de batir a Javi Varas. Dos goles anulados a Rubén y Nosa hicieron que su amenazador arranque se fuera diluyendo. El Celta tomó el mando y un disparo de Aspas que pudo haber abierto el marcador lo despejó Adrián. El agobio por el que optó el equipo de Pepe Mel no surtía efecto... hasta que apareció Rubén Castro. Su gol provocó que el Betis volviera a cercar a Varas, ayudado anoche por los palos, y aunque el Celta tuvo el empate en un disparo casi a bocajarro de Oubiña, ya no pudo reaccionar. 

Quienes dieron un paso atrás fueron Málaga y Sevilla. El empate apenas les sirve. La sexta plaza del equipo de Pellegrini ya se ve amenazada por el Betis y Unai Emery no consigue despertar a un equipo que, aunque octavo, tiene un sinfín de perseguidores pisándole los talones. Necesita no dar ni un solo traspié más si quiere disputar competición continental la próxima temporada. 

Fue un partido aburrido, en el que ambos equipos rondaron la portería de su rival con frecuencia pero sin acierto. A los dos les pesó la responsabilidad de estar peleando por un objetivo con más complicaciones que las que preveían a principios de temporada. Les quedan tres jornadas para superar sus errores.

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