Álex Crivillé, ya se cumplen 20 años
Entrar a formar parte de la historia es algo de lo que uno, en el momento en que lo consigue, apenas se da cuenta. Lo ocurrido el domingo en Motegi es una piedrecita más en un camino que no inicié yo, aunque precisamente en este 2012 se cumplan ya 20 años, ¡20!, desde que tuve la suerte de ser el primer español en ganar un Gran Premio en la máxima categoría. Entonces eran los 500 cc, hoy se llama MotoGP, pero el nombre es lo de menos. Decía que la historia empezó mucho antes, pues aunque no fuera en la categoría reina, sería injusto olvidar nombres como Ángel Nieto y sus 12+1 títulos, Sito Pons, Joan Garriga...
De mi victoria en Assen, el 27 de junio de 1992, recuerdo que aquellas motos eran motos casi indomables, tenías que dominar bien la técnica del derrapaje. Eran los americanos los que dominaban todo, y ya meterse en medio de ellos era toda una proeza. Aquel día se dieron una serie de circunstancias que desembocaron en el triunfo, logrado además con una moto semi-oficial. Recuerdo también el recibimiento en el aeropuerto, casi como si hubiese ganado el Mundial. Fue impresionante. Fue el inicio de un sinfín de victorias que luego han venido. Fue, en resumen, algo así como decir: ¿y por qué no podemos ganar nosotros?
Desde entonces han pasado 20 años y las victorias, en sí mismas, casi han dejado de ser noticias. A ello ha contribuido, y mucho, la mejora técnica, la profesionalidad del campeonato de España, una fantástica escuela de pilotos que hacen de nuestro país el mejor lugar del mundo en este deporte. Tenemos los mejores circuitos, el mejor clima y nuestros pilotos están en las fábricas. De ahí el dominio absoluto en MotoGP. Dos talentos descomunales como son Pedrosa y Lorenzo -entre los dos ya llevan 43 victorias, cuando antes de ellos sólo habíamos ganado 27 veces- demuestran ese dominio.
A ver cómo digo esto para que no se me malinterprete: que conste que soy muy feliz viendo a los dos ahí arriba, pero pensando un poco en el espectáculo, quizá sería bueno para todos igualar un poco las máquinas y tomar medidas para que las cosas fueran un poco más igualadas. Al margen de lo buenos que son, es evidente que estar en Honda y en Yamaha ayuda y mucho. Para nosotros, evidentemente, es un placer ver siempre a los españoles en los primeros puestos, pero quizá no estaría de más igualar un poco más las condiciones para que la cosa fuera más abierta -por ejemplo ayer, en Moto2, lo que hizo Márquez sería casi imposible en MotoGP-.
En el horizonte vemos, como toda la sociedad, la crisis. Si queremos seguir manteniendo no sólo la tradición de pilotos españoles, la cantera, si no la supervivencia misma del motociclismo, el futuro pasa, sí o sí, por reducir los costes. Una MotoGP supone un coste desorbitado, y deberíamos ir hacia las CRT, que cuestan 10 veces menos. O algo mixto, buscar una solución intermedia. Además, el tema de la centralita única, al estilo de la Fórmula 1, también sería un buen camino. Y a todo esto, está el Mundial en juego. Dani Pedrosa vive el mejor momento deportivo de su vida, está pilotando de una manera increíble, pero si Jorge Lorenzo no comete errores, si sabe administrar con inteligencia la ventaja que tiene, creo que será él quien se lleve el Mundial. Aunque ojo, porque con cualquier detalle...
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