sábado, 13 de octubre de 2012

Vicente del Bosque y su inteligencia emocional



Cuando Fernando Hierro se refería a Vicente del Bosque, solía decir que el técnico con el que había convivido en el Madrid antes de recomendarlo a la Federación, había descubierto mucho tiempo atrás lo que Daniel Goleman acuñó como «inteligencia emocional». En realidad, es la habilidad para reconocer los sentimientos propios y ajenos, y saber gestionarlos. Para el ex director deportivo del organismo, se trata de una cualidad clave para optimizar a un grupo de genios, con sus ambiciones y sus egos. A Del Bosque, en cambio, lo que le gusta es ser enjuiciado por variables técnicas, como entrenador. Pero el análisis de buena parte de sus decisiones descubre una administración muy emocional de la selección, a la que después de tres títulos, debe conducir hasta Brasil, con dos citas cruciales de inmediato, Bielorrusia en Minsk, y Francia.


El trayecto no estaba en sus planes hace un tiempo, y de hecho trasladó a la Federación su parecer de poner fin a su ciclo tras la Eurocopa. No sólo le convencieron de lo contrario, sino que le dijeron: «Puedes quedarte aquí de lo que quieras, el tiempo que desees». Del Bosque no es únicamente un entrenador de éxito, sino uno de los personajes referenciales de la sociedad española. El hecho de que Ángel Villar no reemplazara a Hierro en la dirección deportiva es un guiño. Por una parte, no colocó a nadie que pudiera crear interferencias; por otra, ahí está el despacho para cuando deje el banquillo. 


«Si nos quedásemos detenidos, cometeríamos un error», suele decir Del Bosque, que una vez tomada la decisión, se ha impuesto la labor de mantener el proyecto en movimiento, con incorporaciones permanentes. En su opinión, de la actitud de los veteranos dependerá la dinámica que adquieran los jóvenes. A pesar de la calidad y la igualdad, el seleccionador cita en muchas ocasiones la emoción, los estados de excitación del jugador, como un elemento fundamental. Se trata de un criterio que difícilmente se escucha en su gremio.


Pedrito es un buen ejemplo. A Mata, en cambio, pudo afectarle moralmente no disponer de los minutos esperados en la Eurocopa después de haber ganado la Champions, una dualidad a la que es difícil adaptarse, pero sólo quienes lo hacen continúan en la selección. Al técnico le importa menos una declaración inoportuna que la relajación. Frente a eso no pide ni da explicaciones, si acaso lo hará su segundo, Toni Grande. Del Bosque actúa, y de sus gestos y decisiones se desprenden sus conclusiones. 


El técnico no ha hablado personalmente con Mata en esta ocasión, ni lo hizo con Soldado después de ser descartado en el stage de Austria, previo a la Eurocopa. Dijo que quienes habían compartido esos entrenamientos estarían en el siguiente ciclo, y hoy viajarán a Minsk tanto el valencianista como Beñat. Era evidente que Mata pensaba en integrar la expedición, y por ello el lunes presentó en Madrid el reloj Portofino, de la firma IWC. Tampoco Cesc Fàbregas ha interpretado siempre bien el hecho de estar en el banquillo. Él mismo ha llegado a calificarse como un «mal suplente», pero la crisis de los 9 le acerca al área. Negredo pierde plaza, por Soldado, y Torres sube un peldaño, gracias a su arranque, pero todos están lejos del gran Villa. El Villa actual mostró buen nivel en los entrenamientos de la convocatoria anterior. 


Isco, del Málaga, acudió, asimismo, a Austria, pero dejó la concentración para incorporarse a la sub'21. En esta ocasión, vuelve a ir con la selección inferior. De no haber tenido un compromiso clave para su clasificación, es posible que hubiera integrado la absoluta. En el futuro, tendrá su oportunidad, aunque las necesidades más acuciantes pasan por los centrales. Albiol acude pese a su inactividad en el Madrid y Javi Martínez vuelve para auxiliar en el área, pero ayer Del Bosque probó con Busquets como pareja de Sergio Ramos. En la selección esperaban que Piqué jugaría el clásico. 


La absoluta maneja una bolsa de medio centenar de jugadores, algo que sucede en todas las categorías, según los procedimientos que impuso Hierro. La crisis de la selección olímpica y la no renovación de Luis Milla ha propiciado el paso adelante de Julen Lopetegui, pero ha dejado una vacante sin cubrir en la sub'19. El fracaso de Londres ha sido analizado más allá de las claves técnicas. No es habitual que la Federación de Villar prescinda de un entrenador que ha clasificado a un equipo. Pasaron más cosas. Circunstancias que no son imputables a Del Bosque, pero sí lo es la inquietud por la dinámica de los futbolistas que deben tomar el relevo.

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