El presidente del Córdoba CF pararodia al Rey
Si hace apenas unos días se hubiera hecho una encuesta en Córdoba preguntando por el nombre del presidente del club de fútbol, a buen seguro que no muchos habrían acertado. Hoy, sin embargo, no hay nadie que no conozca a Carlos González (Tenerife, 1962) gracias al vídeo de promoción del partido de Copa de mañana jueves entr el Córdoba y la Real Sociedad, que protagoniza el dirigente blanquiverde y en el que ha tomado a la figura de Rey como centro de su sarcástico discurso.
Si González buscaba notoriedad, puede darse por satisfecho. Apenas unas horas después de colgarse en la página web del Córdoba C.F, el spot publicitario arrasaba en las redes sociales y se convertía en noticia de apertura de las secciones deportivas en varios informativos nacionales.
En las imágenes se ve a González sentado en su despacho, junto a un retrato del Rey Juan Carlos I, una bandera cordobesista y una mesa decorada con tres elefantes de porcelana. «Sé que últimamente las cosas no han ido demasiado bien por su casa, que entre los yernos, sus hijas, sus caídas y, para colmo los elefantes… no vea», se arrancaba González. «Pero no se preocupe, porque haya pasado lo que haya pasado, me llena de orgullo y satisfacción decirle que su Copa Mola».
El vídeo ha dividido a los cordobeses, entre quienes lo han acogido como una broma simpática y quienes consideran que la burla con que se dirige a su Majestad se pasa de la raya. A buen seguro, no habrá respuesta del Monarca. Pero tampoco le faltaría a Don Juan Carlos material para componerle a González un vídeo que le sacara los colores.
Carlos González es uno de esos empresarios supuestamente potentes y realmente discutibles que han proliferado en los últimos tiempos tras la estela de clubes en ruina. Antes de arribar al Córdoba, al que llegó el año pasado, lo intentó con el Rayo Vallecano y con el Mallorca, dos clubes que, como el andaluz, andaban inmersos en sendos concursos de acreedores.
Especialmente convulso fue su paso por Mallorca, donde prometió el fichaje de Figo (semirretirado a sus 37 años) antes de ser acusado de estafa procesal. Su llegada al Córdoba, un modesto equipo con graves problemas económicos de la Segunda División, contrastó con los sueños de grandeza que se gastaba en 2004 y 2009, cuando opositó contra Florentino Pérez a la presidencia del Madrid. Sus aventuras junto a Lorenzo Sanz y Juan Onieva resultaron efímeras y no poco chuscas.
González, que anda en demandas con su vendedor (el grupo Prasa) por supuestos impagos, estuvo a punto de cantar bingo el pasado curso, cuando el Córdoba de Paco Jémez se quedó a un paso del ascenso (eliminado por el Valladolid en la liguilla de promoción). Aun así, seguía siendo un inquietante inquilino para una importante parte de la afición y un personaje irrelevante para la sociedad cordobesa. Eso, claro, antes de que explotara su vis cómica. González ya ha avisado de que, si el Córdoba supera la eliminatoria, habrá una secuela del vídeo, que remata con un «Majestad, hágase califa».
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