Hamilton pierde sus opciones para luchar por el título
Dos semanas pueden no dar para mucho o ser un auténtico infierno. El final, muchas veces, viene condicionado por el principio. Y en el caso de Lewis Hamilton ese arranque fue de lo más explosivo. Quince días atrás, más o menos, sorprendía anunciando su fichaje por Mercedes para la próxima temporada. Un nuevo desafío deportivo y emocional con el que puso rumbo a Japón. Aún con opciones de luchar por el Mundial pero con la cabeza tratando de asimilar el paso a marchas forzadas.
En Suzuka, tras lidiar sobre el asfalto con el que será su relevo en McLaren, Sergio Pérez, logró salvar el quinto puesto pero comenzó a entregar sus remotas opciones por el título. Aunque su mayor aventura por Japón la vivió a través de su móvil. A Lewis le dio uno de sus clásicos ataques de Twitter y terminó pidiendo explicaciones a su compañero de equipo, Jenson Button, al descubrir que no formaba parte de su grupo de seguidores. Minutos después, no tuvo más remedio que rectificar.
El destino aún le reservaba otro quiebro. Éste sobre el circuito de Yeongam. Allí, después de posar en la foto junto a Webber y Vettel, tras lograr la tercera posición de la parrilla, vivió una pesadilla de principio a fin. «Luché como un loco, pero fue un día para olvidar», explicaba. Su McLaren, apenas se apagó el semáforo, comenzó a botar, a deslizarse, a sufrir. Problemas mecánicos que le obligaron a ceder el paso a todo aquel que se lo pedía. Desde Fernando Alonso, el primero en hacerlo, hasta Daniel Ricciardo. Tuvo tiempo incluso de podar el césped artificial (astroturf) del circuito con los bajos de su monoplaza. Por suerte pudo salvar un punto de Corea.
Un mínimo consuelo después de un combate de supervivencia durante 55 vueltas. «Ha sido un año para olvidar, estoy deseando empezar de cero el curso que viene». Para eso aún quedan cuatro carreras. Aunque hasta que llegue el GP de la India, podrá relajarse un rato.
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