El Estudiantes presiona
Apenas cambió la ceremonia, varió el sentir. De un funeral a un bautizo. El 6 de mayo y ayer. En el Palacio de los Deportes, la Demencia, jovial fracción de la afición de Estudiantes, no se marchó a casa tras el encuentro. Otra vez, esperó. Tras desaparecer los jugadores hacia vestuarios, aguardó su salida para un merecido aplauso. Hace menos de un año, la escena sólo fue lágrimas por el descenso, ayer, sonrisas y botes. Tras el interrumpido descenso, el equipo madrileño luce como no lo hacía desde los tiempos de Vistalegre. Erró su primera prueba de nivel, la semana pasada en Bilbao, pero acertó con brillantez en la segunda, ante el Valencia Basket y ya es segundo. Si hoy (19 horas, La 1) el Real Madrid, aún sin Sergio Llull, cae en casa ante el Caja Laboral por más de cinco puntos pero menos de 20, será líder.
¿A qué se debe tan raudo giro? A la nueva organización, con un nuevo técnico Txus Vidorreta y a los fichajes. El entrenador, que ha aportado inmensa confianza a los bases, Granger y Jaime Fernández, supo enmendar un mal inicio de partido (2-10) con instrucciones defensivas -presión muy arriba, intensidad en el rebote propio-, y el trabajo fructificó.
En el tercer cuarto, el Estudiantes se llegó a colocar 14 arriba (52-38). Y los tres recién llegados, Carl English, Kyle Kuric y Lamont Barnes estuvieron excelsos. El primero, referencia ya indiscutible en el perímetro estudiantil, fue el artífice de los mejores momentos con dos triples casi consecutivos. El segundo, con fiabilidad (5/5 de dos, 1/1 de tres y 4/4 en el tiro libre), aguantó al conjunto en las malas rachas, cuando el equipo taronja tiró de juego interior, de Doellman y Faverani, para volver a la igualada. El tercero sentenció. En el último minuto atrapó un rebote ofensivo y anotó la canasta que puso por delante a su gente (83-82) antes que el propio Doellman errara la opción taronja y Gabriel cazara el rebote.
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