Lochte sigue sumando records
La ausencia de Michael Phelps, gozando de su temprana jubilación, dejaba al Mundial de piscina corta de Estambul sin superhéroe que enfocar. Quizá no hacía falta. Apareció desde el primer día Ryan Lochte, amante como nadie de las competiciones de sólo 25 metros, especialista en los virajes, excelso en el nado bajo el agua, y dejó a todos ensimismados. Despertó el miércoles con dos oros, los del 200 libres y el 4x100, aumentó el éxito al día siguiente en el 4x200 (y un bronce) y elevó la gloria más allá el viernes venciendo en el 200 estilos con récord del mundo incluido. Azuzado por el japonés Seto y el húngaro Cseh, estableció un crono de 1:49.63 minutos. Ayer logró su segundo récord mundial en las semifinales de los 100 estilos con una marca de 50.71 segundos y hoy podrá sumar dos oros más para elevar a seis sus triunfos en esta cita. Acumularía 20 preseas doradas (29 en total) en piscina corta en las cinco ediciones del Mundial de la modalidad en las que ha participado.
La grada turca lo apoya, lo jalea. Y con razón. Después de cada éxito, se ha dedicado a sortear entre las gradas sus oros que, al final, han ido a parar a manos de varios niños. Era el propio nadador estadounidense el que explicaba el porqué ayer en su cuenta de Twitter. «Una de las razones principales por las que nado son mis fans. Siempre quiero devolverles algo. El brillo en sus ojos cuando reciben las medallas significa todo para mí», escribía Lochte tras mostrar una foto con Arda Harunyan un joven espectador al que había obsequiado con una medalla y narrar como otro niño local, Arda Cakmak, lloraba cuando se había visto con el regalo al cuello. «A lo largo de mi carrera, he regalado incluso las medallas olímpicas», explicaba el nadador que indicó que en caso de conservar los trofeos terminarían en «algún cajón con los calcetines», mientras que «para los seguidores son un tesoro».
Es el protagonista de la cita y lo sabe. Su actuación, medallas regaladas incluidas, ha llegado a ocultar los éxitos de dos de las más fulgurantes estrellas de la natación mundial, la lituana Ruta Meilutyte y la china Ye Shiwen. La primera, sensación en Londres al colgarse con tan sólo 15 años la medalla de oro en la prueba de los 100 braza, demostró ayer el control de la especialidad alcanzando su segundo oro en Turquía tras el de los 50 braza y la segunda, igualmente precoz, 16 años, ya doble campeona olímpica y plusmarquista mundial, recordó su talento venciendo en los 200 estilos y quedándose a sólo cuatro centésimas del récord mundial de la estadounidense Julia Smith, que estableció un crono de 2:04.60.
Hoy, en el cierre, junto a la continuación del espectáculo de Lochte podría ensancharse el medallero español tras el oro de Melanie Costa y el bronce de Duane da Rocha. Posibles tiene la joven Marina García, que en el reciente Europeo de piscina corta logró dos preseas, en los 200 metros braza. Algo menos opciones para Aschwin Wildeboer en los 200 espalda y Erika Villaécija en los 200 libres.
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