La historia de Bojan Krkic
Ésta es la historia de un canterano del Barcelona... a la inversa. Existen futbolistas criados en La Masia que tienen que emigrar del Camp Nou. Es la cara menos amable del éxito. Uno de ellos es Bojan Krkic (Linyola, 1990). Iba para estrella azulgrana, por su talento y por la locura que desataba entre las adolescentes, que le acosan más que a Justin Bieber porque es entrañable. De poco le sirvió, eso sí, para que Pep Guardiola le guiñara un ojo en el equipo. Sin despedirse de él, que sí de algunos compañeros, voló a Roma. Y de ahí, hace unos meses, a Milán. Bien lejos.
En Wembley, tras besar la cuarta Copa de Europa del Barça, Bojan se percató de que su lugar no estaba en el Barça. No disputó la final ni siquiera en el último segundo, y ahí se percató de que la confianza que Frank Rijkaard depositó en él, Guardiola la extravió. Con el técnico holandés tuvo una proyección asombrosa en 2007: fue el debutante barcelonista más joven en la Champions y el goleador azulgrana más precoz. Acababa de cumplir 17 años.
Se veía que iba para ídolo. «Apuntaba maneras», reconoce Quique Costas, quien fuera su entrenador en el segundo equipo, en la campaña 2006-07 en Segunda B. Él también escuchó esa leyenda, quién sabe si urbana, que dice que marcó más de 700 goles. «No se pueden contar. Pero apostamos por ascenderle del juvenil ese curso porque daba mucho y necesitábamos un delantero. Quizás todo fue muy rápido, pues luego se quedó en el primer equipo, pero creo que no. Era maduro, humilde y con la cabeza amueblada», opina.
Su generación, la de 1990, prometía. Allí jugaba con Fran Mérida e Iago Falqué. Qué cosas: el primero, tras ir al Arsenal como Cesc, ha firmado hace días por el Atlético Paranaense brasileño. Falqué, el mejor aliado de Bojan en sus siete años en las categorías inferiores del Barça con su zurda privilegiada, pasó por la Juventus y ahora está cedido en el Almería por el Tottenham. Además, Bojan busca su sitio en el Milan.
«No todos pueden triunfar en el club, pero no hay que dramatizar. Hay jugadores por encima. A todos nos gustaría jugar en el Barça y ser como Xavi o Iniesta, pero eso sólo lo logran los privilegiados. El 90% no llegamos», confiesa Falqué, quien fue feliz en aquella etapa. «Él tenía mucho gol, se desmarcaba bien, era muy rápido y comprendía el juego. Y era ambicioso», rememora.
Sin embargo, Bojan se marchó, como otros. Sus derechos pertenecen a la Roma hasta junio. Hasta entonces, estará en el Milan, que pactó una opción de compra con el Barça. «Le ha venido bien conocer el fútbol lejos del Camp Nou. Aquí estaba mimado, le cuidábamos porque se lo merecía, porque es bondadoso y educado. Igual tenía que haberse ido antes cedido, porque todo fue muy rápido para él, aunque yo pienso que no. Su familia siempre le arropó y la gente le quiere», opina Costas.
Desde diciembre, cuando se supo el sorteo de los octavos de la Champions, Bojan está nervioso, como incidió ayer. «Tengo una sensación extraña, es especial porque nunca he jugado ante el Barça. Pero no tengo nada que demostrar», dijo. Y eso que su rol en la escuadra rossonera es incierto. La llegada de Balotelli (que no puede jugar en la Liga de Campeones) comprime el ataque. Bojan ya se ha reconvertido en media punta y en extremo. No obstante, es pesimista: «No creo que vaya a ser titular». Para eso, el técnico Massimiliano Allegri debería cambiar el sistema. «Es veloz, tiene uno contra uno, aunque le falta trabajar más a nivel de equipo. Pero puede rendir en otras posiciones», zanja Costas sobre su ex pupilo. Otro punta, David Villa, no estará con el Barça en Milán tras no recuperarse del cólico nefrítico.
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