jueves, 9 de agosto de 2012

Entre paladas y patadas España alcanza las diez medallas.



A patadas y a paladas intenta España avanzar, recuperarse en un medallero que la observa lejos, demasiado, aislada de los países de su entorno, de franceses, italianos o alemanes, con los que discute de economía mientras compite sin poder evitar paralelismos. A su deporte no le faltan iconos, grandes nombres, números uno, pero adolece de la profundidad, del calado que pone a prueba el escenario olímpico. Esto no es sólo fútbol. Sobre un resultado que no va a ser bueno, se buscarán responsables, se idearán medidas nuevas en un entorno sin euros. Pero no todo tiene que ver con el dinero, también con la tradición, con la cultura deportiva de cada sociedad. Mejor tenerlo en cuenta cuando empiece el debate. 

Mientras, la delegación española alcanza la suma de 10 medallas, a un solo metal de Sydney, donde cosechó el peor resultado después de las 22 de Barcelona, hoy una utopía. Todo indica que superará las 11 del año 2000, sobre todo si mantiene la fiablidad de las dos últimas jornadas. Después del supermartes, ayer logró otras tres. La primera, sin embargo, llegó a paladas, no a patadas, conseguida por David Cal. Una plata que le convierte en el deportista español con más metales de la historia, cinco (un oro y cuatro platas), por delante de Joan Llaneras y Arantxa Sánchez Vicario. 


Las patadas empezaron después para superar ese escalón en el podio, con un gato sobre el tatami. Se trata de Joel González (oro), intratable en la competición de taekwondo. En su pequeño mundo, es como Nadal. Brigitte Yagüe se unió a su compañero, al lograr la plata. Desde que es oficial, no en los provechosos tiempos para España en que era deporte de exhibición, el taekwondo sólo había logrado la plata de Gabriel Esparza en Sydney. 


A las medallas no pudo unirse el sueño de conseguirlas que representaban el waterpolo y el balonmano masculino, con un cruel desenlace para los hombres de Valero Rivera. Las esperanzas en sus deportes pertenecen a las mujeres. Los hombres siguen adelante bajo la canasta, adelante entre las dudas.

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