lunes, 3 de junio de 2013

Marc Márquez habla tras su caída


Siempre hay una primera vez, también para la desgracia. Todo fueron malas señales para Márquez desde que aterrizó en Mugello. Desde la mañana del viernes, cuando se dio un primer revolcón por el pasto. Una maldición. Al rato, la espeluznante caída a más de 300 km/h, la que le dejó maltrecho. El sábado, antes de la pole, otro batacazo. Y, para rematar, cuando se encaminaba hacia su enésimo milagro, a una segunda plaza que repasando lo anterior hubiera sido una gesta, de nuevo al suelo. 

«No sé muy bien por qué me he caído, porque se me han ido las dos ruedas a la vez y no la he podido salvar. Ha sido un error, no hay que buscar excusas», se explicaba, recuperada ya la calma, intentando rescatar lo poco bueno del fin de semana. «No tenemos que olvidar que es mi primer año en esta categoría y estoy aquí para ir aprendiendo», decía. 

Cuatro caídas, varias lesiones y el primer cero del año, que también supone el primer revés para el trío de españoles: Pedrosa, Lorenzo y el propio Márquez habían terminado hasta ahora todas las carreras. Se golpeaba el casco con rabia, la impotencia de dejar de competir. Porque Marc había resistido al dolor, se había acoplado a rueda de Pedrosa –«siempre me sigue», lanzaba cual dardo su compañero–, resistiendo.

 «Pensaba que me encontraría mejor [físicamente] y sabía que sería difícil por el estado del hombro», confesaba. Por eso le vino bien cuando Dani bajó el ritmo y se descolgó del frenesí de Lorenzo: «yo también estaba flojeando, ya que tenía molestias en la pierna derecha, sentía calambres en los cambios de dirección». 
Pese a todo, un último esfuerzo para volver a pasar a su compañero –ya van unos cuantos adelantamientos–, para encaminarse al segundo puesto del cajón, para acercarse al liderato. Hubiera sido su quinto podio en cinco carreras. Pero llegó el error: «a lo mejor me he relajado».

0 comentarios:

Publicar un comentario