miércoles, 19 de junio de 2013

Thiago está impaciente


Marcar el primer gol en Primera División hace enloquecer al más cuerdo. Así le ocurrió a aquel chico de 18 años, que anotó ante el Racing y se marchó escopeteado al banquillo para abrazarse con Jonathan Dos Santos. El estreno anotador de Thiago Alcántara le costó una reprimenda de Pep Guardiola. Su entrenador por esos días en el Barcelona le llamó la atención: «Estas cosas no se pueden hacer a su edad. Con 30 años, sí». Ayer, nadie tosió las tres celebraciones de este joven veterano dos años después de aquel episodio. 
El centrocampista fue ayer el metrónomo de la selección sub’21, acompasando el ritmo del equipo como quien toca el piano. Ahora con una melodía tranquila, ahora más enérgica. Se recordarán sus tres goles, colofón a una actuación memorable, como la de los pianistas en los mejores escenarios del planeta. 

Esta vez, pudo derramar su felicidad al máximo, no como cuando festejó su primer tanto como azulgrana en la Liga. Habrá que ver si anotará más. De momento, es una incógnita. Su coste de mercado es de 18 millones de euros a los que habría que añadir 3,7 más por el IVA que habría que abonar por ingresar en la cuenta corriente del Barcelona el montante total de su cláusula de rescisión sin negociación alguna, pues no quiere traspasarlo. Esa cifra es hasta agosto. Hace días, Sandro Rosell explicó que ése es el precio de mercado, y no 90 millones de euros. Esa cantidad sería la definitiva si hubiera disputado más del 60% de los encuentros de la pasado curso. Decir que el coste es económico con la que está cayendo es atrevido, pero para algunos clubes, es una cantidad asequible. A su puerta ha llamado el Manchester United e incluso su vecino, el City. Y otros. Por ofertas no es. 

El interesado, que ha despejado toda pregunta relacionada con el tema en el Europeo sub’21, habría comunicado a su entorno antes de la disputa del torneo continental que no descartaría marcharse si llega alguna propuesta interesante. Considera que puede jugar el Mundial de Brasil si dispone de minutos durante el curso, algo que no ha tenido esta temporada: 1.902, menos que Alex Song, para hacerse una idea. 
Es evidente que la camiseta roja de la sub’21 le tira de sisa. La de la absoluta puede irle mucho más suelta. En el Barça, le piden calma. Incluido el presidente Sandro Rosell: «Espero que siga los pasos de Xavi, Iniesta, y Busquets, que son referentes, y siga con nosotros. Entiendo que un jugador lo que quiere es jugar, pero Xavi esperó e Iniesta también tardó su tiempo en ser titular. Espero que tenga la paciencia que tuvieron los demás». 

El ejemplo no es baladí. A Thiago se le considera digno heredero de esa saga de centrocampistas únicos. Como lo es de su padre, Mazinho, campeón del mundo con Brasil en aquel equipo que ganó a los penaltis con Romario, Bebeto, Mauro Silva y compañía a la Italia de Arrigo Sacchi y Roberto Baggio. El chico ya es bicampeón de Europa en categoría sub’21. Hace dos años marcó un tanto en la final ante Suiza con un lanzamiento de falta desde 40 metros. Ayer, fueron tres. Idéntica belleza, pero con un detalle: lucía un brazalete llamativo, como su juego, con el que alzó el trofeo con una camiseta dedicada a Canales. Y ante Italia.

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