lunes, 19 de marzo de 2012

¿Duelo de titanes en McLaren?



En McLaren comprendieron ayer que afrontan otro año interesante en su casa. De nuevo, duelo doméstico a la vista. En la firma británica hay querencia a que sus pilotos terminen a golpes. Su historia está marcada por enfrentamientos internos apasionantes, como el de Ayrton Senna contra Alain Prost -inolvidable- o el de Alonso con Hamilton en 2007. A Ron Dennis, el dueño de la compañía, le da morbo colocar frente a frente a dos primeros espadas y darles un monoplaza ganador. Así, en la competencia extrema, cree que la escudería alcanza la excelencia... o las llamas, depende. 

Ahora, son Jenson Button y Lewis Hamilton quienes parecen condenados al combate. Tras dos años de convivencia aparentemente pacífica, las muecas de enfado ayer del piloto negro fueron evidentes al finalizar. El triunfo fue para su colega de marca, que dominó de principio a fin la prueba. Más rápido, más constante y más veloz. Mimó con cariño los neumáticos y su máquina resultó inalcanzable. 



Ni el coche de seguridad traicionero que asomó en las últimas vueltas y reagrupó la marcha amenazó su victoria. Button confirmó lo que había anunciado el pasado año, cuando batió a un irregular Hamilton: No está en McLaren para ser el escudero de nadie. Su título en 2009 quedó salpicado para siempre por las dudas técnicas de aquellos sospechosos Brawn, pero ya en el equipo de plata está dando sobrados síntomas de ser un piloto excepcional, con temple, ambición y clase. 


Además siempre sonríe. «¿Por qué no debería hacerlo? Hago lo que me gusta, estoy en una escudería campeona y tengo un buen monoplaza», repite siempre. 
«El coche no sólo es precioso, también es rapidísimo», gritó por radio al cruzar la meta. Después, desde el podio, sus gestos de alegría iban para su padre, el risueño John, y su novia, Jessica Michibata. La modelo de lencería, de raíces japonesas y argentinas, se convirtió una vez más en protagonista de la retransmisión y con hueco destacado entre las tendencias mundiales de Twitter.


 Sencilla, fresca y elegante, animó con furor a su chico durante todo el gran premio. Otro tono tuvo la pareja de Hamilton, la exhuberante Nicole Scherzinger. La artista norteamericana reapareció por los circuitos tras reconciliarse con su piloto y ejerció de anfitriona con el cantante Lenny Kravitz, invitado estrella a la carrera. Con los coches en la pista, estuvo mucho más seria que Michibata, preocupada por el rendimiento del McLaren de Hamilton. 


«Felicito a Jenson, pero no entiendo por qué he sufrido así en la pista», se lamentó el que fuera compañero de Alonso, que tanto en el podio como en la sala de prensa no pudo disimular su malestar en el día de gloria de Button.

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