jueves, 1 de marzo de 2012

Tiger Woods¿jugador de golf o francotirador?



En plena oleada de triunfos y mientras se acercaba al récord de torneos de Grand Slam, Tiger Woods estuvo a punto de dejar el golf para pasarse a las fuerzas especiales del ejército de EEUU. Su ex entrenador cuenta en un libro la obsesión del golfista por ser como los francotiradores en Irak o los soldados que mataron a Osama Bin Laden. 

Su padre, Earl Woods, sirvió en Vietnam como miembro de esta división. Después, dio clases en una academia militar y trabajó como consultor militar. Pero Tiger se metió más en el sueño bélico en 2004, tras cuatro días de entrenamiento intensivo en una base de Carolina del Norte, Fort Bragg, con este cuerpo de élite de la Marina. El programa era corto, pero el golfista se quedó impactado y quiso volver. En 2006, justo antes del US Open, el entrenador, Hank Haney, le mandó un e-mail para llamarle al orden y pedirle que se concentrara en el deporte. «Tienes que quitarte esto de las fuerzas especiales de la cabeza y seguir jugando a que eres uno de ellos sólo en los vídeo juegos», le dijo, según cuenta el ex entrenador en el libro The Big Miss. 



«Tiger estaba pensando seriamente convertirse en miembro de las fuerzas especiales de la Marina... No sé cómo habría acabado, pero cuando hablaba de ello estaba claro que tenía un plan... Pensé, 'guau, aquí está Tiger Woods, el mayor atleta del planeta, tal vez el mejor que haya habido nunca, justo en la mejor edad, y básicamente está listo para dejarlo todo por una vida militar», escribe el entrenador, que lo preparó durante seis años. 

Haney sugiere que él convenció al golfista para que volviera a dedicarse a jugar y a batir el récord de 18 torneos de Jack Nicklaus (ahora Woods va por 14). «Tienes que hacer historia en el golf y ayudar a la gente. Concéntrate en tu destino, que no es sacar a los malos de edificios en Irak... Eso de las fuerzas especiales de la Marina es muy serio. Utilizan balas de verdad», le dijo el entrenador. 
El libro se publica el 27 de marzo, justo antes del Masters de este año, pero Golf Digest ha adelantado algunos extractos porque el co-autor es uno de sus periodistas, el que más ha seguido a Woods. El agente del golfista asegura que la descripción de Woods es «absurda» y que el ex entrenador está intentando hacer de «psicólogo». 


The Big Miss, según los párrafos publicados, da muchos detalles sobre la rutina militar del golfista y también sostiene que el entrenamiento en las fuerzas especiales sirvió a Woods para mejorar su forma física e introducir nuevas técnicas en su juego. La preparación era mucho más dura que cualquiera a la que se pudieran someter sus rivales. Woods se tiraba en paracaídas, corría seis o siete kilómetros con botas militares y resistía pruebas en túneles que crean condiciones adversas como las que pasan los aviones. Su fisioterapeuta se quejaba de que el entrenamiento era demasiado duro para sus rodillas. 

Woods seguía su pasión casi a escondidas. El libro cuenta cómo, de repente, aparecía con botas militares y corría con ellas para entrenar como si estuviera en una base. La narración sugiere que el golfista estaba agobiado al acercarse al récord de torneos y que el juego había «dejado de ser divertido». 

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