viernes, 16 de marzo de 2012

Paquillo Fernández ``me siento engañado y estafado´´


«La sanción no me ha pillado de sorpresa, pero me siento engañado y estafado. La Guardia Civil y el Consejo Superior de Deportes (CSD) presentaron unos certificados de colaboración con la Justicia, pero ahora el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) dice que esa colaboración no es eficaz. No entiendo nada. Lo único que tengo claro es que algunos no querían verme en los Juegos Olímpicos». Paquillo Fernández (35 años) está decepcionado con los encargados de administrar la justicia deportiva. No comprende por qué el TAS duda de sus buenas intenciones y no admite la reducción de castigo aprobada por la Federación Española de Atletismo. Lo peor: se siente traicionado por aquellos que le recomendaron desenmascarar a los tramposos. 
Ayer, el organismo con sede en Lausana decidió que el español debe cumplir los dos años de sanción por haberse encontrado en su domicilio de Granada varias sustancias dopantes. Esos productos fueron decomisados por los agentes de seguridad en 2009, en el marco de la Operación Grial. El tres veces subcampeón mundial de 20 kilómetros marcha ya cumplió un año y le redujeron otro porque, como recoge la legislación española, los deportistas que colaboren en la lucha contra el dopaje se pueden beneficiar de una disminución de pena. El año que le resta a Paquillo Fernández finaliza el 19 de diciembre de 2012, porque desde que la Federación Internacional (IAAF) apeló al TAS, el abogado José Rodríguez solicitó la suspensión cautelar. 
El atleta dice que su actividad en la lucha contra el dopaje fue certificada por el CSD y la Guardia Civil, pero el TAS no consideró efectiva esa colaboración. «Todavía no nos han explicado en qué se basan, sólo nos comunican que han aceptado la tesis de la IAAF, que primero creyó en mí y luego recurrió al TAS en fuera de plazo. Me parece que alguien les presionó. En mi caso hay demasiadas cosas extrañas. Creo que, como sucedió con Alberto Contador, no querían yo estuviera en Londres. Aunque el TAS no aprobó la Ley Osaka, luego se las arreglan para castigarnos», señala minutos después de conocer la sentencia del juez único del TAS, el británico Romano Subiotto. 

El marchador andaluz considera que con esta sanción, la figura del deportista arrepentido queda desprotegida: «Todo lo que he hecho en estos meses no sirve de nada. Si no hubiese colaborado ya podría competir. Después de lo que he pasado, me arrepiento de todo. A quienes estén en mi misma situación, les aconsejo que no colaboren con la gente que yo traté. No creo ni en el TAS ni en la ley deportiva. ¿Por qué dudan de mi credibilidad si el proceso judicial del asunto de dopaje del que yo hablé todavía está abierto? Insisto no lo entiendo». 
Paquillo afirma que ha sufrido la máxima sanción sin dar positivo y que se encuentra muy desencantado con el atletismo. No recurrirá el laudo del TAS y desconoce si seguirá corriendo: «Estoy un poco harto, no sé si retirarme. Después de todo lo que he pasado, lo mío es para escribir un libro». 
Esta sanción a Paquillo supone un nuevo revés para el deporte español, que aún no se ha recuperado del impacto sufrido por el castigo a Contador. La consecuencia más negativa: desde ahora, los deportistas españoles saben que no les conviene colaborar con la justicia.

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