jueves, 14 de junio de 2012

España va por Irlanda.



Hace apenas una semana que la selección española está en Polonia. Pero más que siete días, parece que haya pasado un año. El histerismo que ha dominado la concentración de Gniewino, propiciado por una decisión táctica discutible de Vicente del Bosque y un empate frente a una selección cuatro veces campeona del Mundo como Italia, ha evidenciado que el peor enemigo de La Roja, más que sus rivales deportivos, sigue siendo ella misma y un entorno abocado irremediablemente al cainismo. 


Ya ocurrió algo similar hace dos años cuando a España se le ocurrió perder el partido inaugural de un Mundial que acabaría conquistando por primera vez en su historia. Como entonces, al combinado nacional no le quedará otra que redimir sus presuntos pecados con un triunfo frente a Irlanda, el rival a priori más débil del grupo. Sólo así podrá amainar una tormenta en la que, además de las recurrentes batallas del torrismo, ha aparecido como gran núcleo de conflicto la figura del falso 9. Y eso que quien ocupó el puesto contra Italia el pasado domingo, Cesc Fàbregas, fue quien marcó el gol del empate final. 

Del Bosque, parapetado tras una sonrisa que intentaba mostrar cierta sensación de paz consigo mismo, se defendió ayer con parsimonia durante su comparecencia de prensa en el Arena de Gdansk: «No tengo enemigos. Y si los tengo, no los conozco. Sé cómo se desarrollan estos acontecimientos y se trata sólo de debates futbolísticos. La única diferencia es que soy yo quien toma las decisiones. El resto, son sólo opiniones». 

El salmantino rechazó cuantas veces pudo las preguntas que referían al once que jugará contra Irlanda. Giovanni Trapattoni, seleccionador de los Boys in Green, aseguró estar convencido de la titularidad de Fernando Torres. Pero Del Bosque apenas se limitó a explicar la razón de ser del delantero mentiroso: «Contra Italia, utilizamos a Fàbregas de falso 9 porque queríamos tapar a Rossi y Pirlo en la salida del balón». Argumento que quizá ya no tendría tanto sentido ante Irlanda, cuyos centrales se limitarán a desplazar el balón lo más lejos posible del área en busca de las carreras en las orillas de McGeady y Robbie Keane. 

Las combinaciones en España parecen múltiples, por lo que también cabe la posibilidad de que ingresen en el equipo titular futbolistas con una capacidad especial para agitar partidos graníticos. Navas o Pedro podrían asumir dicha función desde una de las orillas. Aunque para ello necesitarían la figura del delantero centro, ya fuera Torres, Negredo o Llorente, el futbolista que mejor va de cabeza de todos.




Irlanda, una de las selecciones con menos recursos del torneo y cuyo jugador de referencia, Robbie Keane, es ya sólo un futbolista de momentos, tiene un único plan para sobrevivir. El eterno catenaccio del legendario Trapattoni, técnico con 39 años de carrera en los banquillos que ha conseguido la proeza de que la selección del trébol haya vuelto a una Eurocopa 24 años después..

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