miércoles, 27 de junio de 2012

Esta noche España vs Portugal.



El que más juegue, el que más goles marque, el que menos ira sienta, el que menos odie y se concentre en su objetivo, logrará la victoria. España se enfrenta a Portugal en un duelo por la final de la Eurocopa cargado de segundas lecturas por la capacidad de Cristiano Ronaldo para llenar el escenario, para desatar todas las pasiones en una. El objetivo colectivo de Portugal es también su fin personal, en un obsesivo pulso por convertirse en el mejor jugador del mundo, por desbancar a Messi, y es difícil encontrar mejor oportunidad que la de enfrentarse a gran parte de su contexto y a la campeona del mundo. 

El duelo, pues, tienen un foco, una foto fija para empezar, y a partir de ahí un desarrollo indescifrable, en el que España buscará el control, la posesión, que son su mejor forma de defenderse, y Portugal intentará llegar al gol con sus jugadas espisódicas, con los espamos que provoque este Hércules de la pelota. Es un choque de estilos, sin duda, entre una España de alta circulación de balón y una selección diseñada al contraataque por Paulo Bento, entrenador de nueva generación que tiene entre sus modelos a Mourinho, Capello y Lippi. No hace falta explicar lo que busca, aunque ayer insistiera en que pelearán por la pelota. A partir de ahí, asociar los estilos a Barcelona y Madrid no hace más que contaminar el duelo, a la selección. Juega España, toda, contra Portugal, que es más que Cristiano. 


En España han hablado mucho de la estrella lusa, de las experiencias compartidas por Arbeloa, Sergio Ramos o Xabi Alonso. Tiene los mejores números a nivel individual, con 30 remates y tres goles en cuatro partidos. Es casi la mitad de lo que han disparado su propia selección (71) y España (72) en conjunto. Vicente del Bosque dijo en Donetsk, donde esta noche se disputa el encuentro, que el modelo a seguir es el partido de octavos del Mundial de Sudáfrica, en el que España eliminó a Portugal (1-0) y Cristiano apenas tocó la pelota. Pero aquel adversario dirigido por Carlos Queiroz era distinto al actual, que ocupa todo el campo en su despliegue, con Nani por la derecha, Cristiano por la izquierda y un delantero en el centro, probablemente el tanque Almeida. En Portugal se señala al colegiado designado, el turco Cuneyt Cakir, por las alianzas de Ángel Villar, pero Bento no tomó la senda. Inteligente. 


La selección española intentará desconectar a Cristiano, que no reciba, anticiparse en el caso de los defensas, con ayudas permanentes de los centrales y los mediocentros, en este caso a Arbeloa, que lo conoce muy bien. Pero Del Bosque, poco partidario de condicionar una alineación estable, con Cesc un paso por delante de Torres, sabe que Portugal tiene más armas. Conoce la peligrosidad de Nani y admite el nivel de un centro del campo muy dinámico, con Meireles y Moutinho, para decir que hay equilibrio y que Portugal se encuentra al nivel de España. Es mucho decir, porque jamás ha sido campeona de Europa y no ha pasado de semifinales en un Mundial. España, en cambio, se enfrenta al reto de ser la primera que enlaza tres grandes torneos, si Cristiano no desata su ira, o quizás si la desata.

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