miércoles, 24 de julio de 2013

Diego López piensa competir con Iker


En Valdebebas, en el Madrid, flota en el ambiente una sensación parecida a la que produce abrir una ventana y dejar que entre el aire en una habitación cerrada. Hay algo de oxigenación, hay algo también de relajación, de inspirar fuerte para saborear lo nuevo, la distensión lógica, quizá, después de un tiempo difícil. Todo eso llevaba también en el rostro Diego López (Paradela, Lugo, 1981), epicentro involuntario de uno de los líos del pasado, con el gesto relajado ayer, más sonriente, más moreno, le han venido bien las vacaciones, como a todos, y se encuentra más cómodo, más tranquilo, en este nuevo Real Madrid, como todos también. 

Porque Diego López se ha quedado. Llegó en enero del año pasado y sucedió lo que sucedió. Estuvo en el centro de la batalla sin decir esta boca es mía. Cuando terminó el curso y se fue Mourinho, se planteó qué sería de él. Hubo gente de su entorno que le recomendó marcharse aduciendo que sería imposible pelear de tú a tú con Iker Casillas, que el portero madrileño volvería a la titularidad y que él, Diego, vería toda la temporada en el banquillo. Le dijeron también que, con 31 años, podría firmar un último gran contrato en alguno de los clubes que se interesaron por él (Aston Villa y Mónaco, sobre todo). En algunos medios se publicó que tenía decidido marcharse, algo que ayer desmintió. 

«Nunca me planteé una salida. Cuando vine aquí dije que estaba cumpliendo un sueño y sigo pensando así», explicó el gallego, que dijo afrontar este año con «mucha ilusión» porque, al contrario de lo que pueda parecer, los cinco meses que jugó la temporada pasada en el Real Madrid fueron «muy buenos, y no tenía intención de abandonar. Tengo confianza en mantener ese nivel», concluyó. Lo dijo con la naturalidad de quien, en su boda, se ríe cuando los amigos llaman al Telepizza en mitad del banquete o le prepara un vídeo a su chica con declaración de amor incluída frente a los invitados. 

«Es un tío normal». A cualquiera que se le pregunte por Diego en el Madrid responde igual. Un tío normal que ha aceptado un desafío mayúsculo, lo cual habla de alguien ambicioso al que le gusta mucho su profesión. Dicen en el Madrid que ha regresado con algún kilo menos y que Villiam Vecchi, el nuevo preparador de porteros, está encantado con la forma de trabajar de este tipo discreto. Un tipo normal.

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