martes, 23 de octubre de 2012

El Tour no quiere que nadie herede los triunfos



Soluciones contundentes para problemas profundos. El director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, exigió ayer que Lance Armstrong devuelva el dinero ganado por sus éxitos en la ronda francesa, que podría acercarse a tres millones de euros. También pidió «un palmarés en blanco» para las rondas arrebatadas al texano desde de 1999 a 2005. «Deseamos que no haya ganador en estas ediciones. En el informe de la USADA hay una doble cuestión: la de un sistema y la de una época. Aquella época debe estar marcada por la ausencia de vencedores. Estamos dentro de un sistema mafioso más allá del dopaje y del mundo del deporte», aseguró. 

La de finales de los 90 fue etapa nefasta para el ciclismo. Siete de los ocho corredores que acompañaron a Lance Armstrong en los podios del Tour de de 1999 a 2005 presentan un pasado relacionado con el dopaje. El suizo Alex Zülle, el español Joseba Beloki, el italiano Ivan Basso y los alemanes Jan Ullrich y Andreas Klöden estuvieron envueltos antes o después en escándalos. Si se mira un escalón más abajo, el panorama no es menos desolador. Fernando Escartín, tercero en 1999, es el único ocupante de uno de los 21 escalones del podio que ha permanecido ajeno a las acusaciones de consumo de productos prohibidos. 

Zülle, segundo en el Tour de 1999, fue uno de implicados un año antes en el caso Festina, cuando la policía francesa realizó una redada en el hotel del equipo en plena carrera y encontró numerosas sustancias dopantes. Ullrich estuvo involucrado en la Operación Puerto. El alemán negó siempre que fuera un tramposo, hasta que en febrero, después de una condena por parte del TAS, admitió que fue cliente del polémico médico Eufemiano Fuentes. Aquello llevó a que en 2005 Francisco Mancebo se quedara con su tercer puesto, pero el español terminó apareciendo entre los implicados en la Operación Puerto, informa Dpa. 

Beloki y Basso también aparecieron en los papeles incautados en 2006 al médico canario, que almacenaba en un par de pisos de Madrid bolsas de sangre de decenas de ciclistas a los que luego practicaba autotransfusiones. Beloki no pudo participar en el Tour de 2006 y se retiró un año después. Basso, segundo en París en 2005, cumplió una sanción de dos años impuesta por el Comité Olímpico Italiano.

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