miércoles, 28 de noviembre de 2012

Los jugadores del Madrid están tristes y preocupados



Florentino Pérez bajó al vestuario del Benito Villamarín y estrechó la mano de todos los jugadores. Trató de dar ánimos y no le hizo falta alzar la voz porque no había mucho ruido en la caseta. Cuando sucede una derrota como la del pasado sábado, cada futbolista se quita la ropa, se ducha y se viste rumiando lo suyo. Tampoco el entrenador, Jose Mourinho, dice nada después de los partidos, con lo cual esas paredes se parecían más a un velatorio que a un recinto donde 30 personas recogían los bártulos para coger el avión de vuelta a Madrid. 

«Los jugadores están tristes y preocupados por la dinámica de juego y por los arbitrajes. Estaban todos muy tocados», cuentan desde el club. En la mayoría de los equipos de fútbol, el vestuario permanece ajeno a las idas y vueltas que no atañen al pequeño universo en el que se recluyen los futbolistas, apenas preocupados por lo que constituye su día a día. Son muchachos jóvenes que pocas veces toman conciencia de lo que ocurre alrededor. Si acaso, y hablando de la plantilla del Madrid, Iker, Sergio y Arbeloa, los nacidos -o casi- en el club y con muchos años en el equipo son capaces de adivinar más allá de la rutina que supone entrenamiento-partido-entrenamiento. El sábado en el Villamarín, sin embargo, todos tenían un semblante serio. Saben de la gravedad de la situación del equipo. 

Y lo saben independientemente de la relación entre Mourinho y Florentino Pérez, el tema que acapara casi todos los titulares. Debajo de ese distanciamiento hay otra realidad, incuestionable: el Madrid ha perdido cinco partidos en tres meses de competición, los mismos que en los nueve meses que duró el curso anterior. Antes de caer contra el Betis, el equipo ya había perdido ante el Barça en la Supercopa, ante el Getafe y el Sevilla en Liga y ante el Borussia en Champions. Se suman, además, los empates en Barcelona -Liga- y ante Borussia y Manchester City en Europa. «No estamos bien», admitía uno de los pesos pesados la misma noche del sábado. Y es evidente. 

Los futbolistas son conscientes de los problemas que tienen. Hay partidos en los que, pese a iniciar bien, ser mejor que el rival y generar ocasiones suficientes como para sentenciar, terminan sufriendo. Y son más conscientes todavía -es lo que más les preocupa- de que, cuando han de jugar contra un equipo replegado que se pone por delante en el marcador, se les hace de noche. Ayer, pese a que sobre el campo estaban Xabi, Modric, Kaká, Di María, Cristiano y Benzema, la mayoría del juego del Madrid fueron balones largos, muchas veces de los centrales. Como anécdota, un dato: los últimos cinco ataques del equipo fueron cinco centros de Coentrao sin ton ni son, con hasta media docena de futbolistas en la frontal del área esperando, de espaldas a portería, esa pelota. 

El otro aspecto que tiene pensativos a los jugadores son los árbitros. Ni de lejos están tan sensibilizados con el tema como su entrenador, pero en las palabras de Iker tras la derrota contra el Betis se intuye algo. «El árbitro no ha estado acertado en algunas jugadas. ¿Es una excusa? Puede serlo. El mister tiene que sentirse más arropado, a veces los jugadores nos callamos y en el terreno de juego somos los que tenemos que demostrar nuestro enfado». Se intuye, como filtran desde el club, que los jugadores también empiezan a estar un poco hartos de esas decisiones erróneas. «Si Iker dice eso, es que lo que piensan es mucho peor», insisten, al tiempo que advierten que la única voz alzada en mitad de ese silencio dijo: «¡La vida es combate, señores!». El primer asalto es el sábado ante el Atlético de Madrid.

0 comentarios:

Publicar un comentario