Mourinho vuelve a decir que el club no lo apoya
Probablemente sólo él y cuatro o cinco personas más en el Real Madrid sepan lo que le pasa de verdad. Pero cada día es más evidente que Mourinho no está cómodo. El técnico, además, no hace nada por esconderlo. Estuvo todo el partido de pie, con la cara más seria de todas las caras serias que se puedan dibujar, y cuando Gil Manzano pitó el final de la sesión caminó decidido hasta Pepe Mel para abrazarlo, saludó casi uno por uno a los jugadores del Betis y se metió en los vestuarios aplaudiendo al público en un gesto que admite muchas interpretaciones.
«Saludé a la afición porque es fantástica y porque después de una semana difícil para ellos han sabido ser afición, han sabido ayudar a su equipo a ganar», explicó en su primera respuesta de una rueda de prensa breve, seis preguntas, pero larga, seis respuestas sin desperdicio. Por ejemplo, la primera para el árbitro, dentro de esa alocución inicial: «He felicitado a los jugadores del Betis porque lucharon del primer al último minuto y porque no tienen culpa de haberse beneficiado de dos errores arbitrales, un gol mal anulado a Benzema y un penalti en los últimos minutos», afirmó, refiriéndose a la evidente mano de Nosa pocos segundos antes de la conclusión.
Mourinho lleva tiempo reclamándole al club un portavoz. Pero no un portavoz como Pardeza o como Butragueño, que siguen la línea oficial del club, ésa que marca Florentino y donde no se dice una palabra más alta que otra, ni siquiera con arbitrajes tan escandalosos como el sufrido por el italiano Rocchi en Manchester ante el City. «Cuando mi equipo pierde yo intento no buscar excusas en otras cosas. Es obvio que quien juega el miércoles no debería jugar el sábado. Es obvio que otros equipos tienen un control de la situación que nosotros no tenemos. Hay quien controla los calendarios pero como siempre, hablo yo. Como siempre el malo de la película soy yo», dijo en algo que sonó, y mucho, a cansancio, a queja amarga por la línea del club.
Mourinho sabe que esa batalla la tiene perdida. Florentino Pérez no tiene la más mínima intención, a día de hoy, de concederle a ese portavoz cuya misión, básicamente, sería quejarse de las injusticias que el portugués considere oportunas. Lo repitió hasta tres veces más: «Aquí sólo hablo yo y el malo soy yo».
El cansancio fue otro tema central de las explicaciones de Mourinho, que no entró a valorar ninguna cuestión puramente futbolística. En la rueda de prensa de Karanka del viernes ya se pudo intuir el malestar de Mou por jugar miércoles y sábado, pues la segunda pregunta a Karanka, realizada por uno de los medios oficiales del club, iba por ese camino. Ayer el técnico insistió: «Cuando tienes cansancio y fatiga, tienes que sacar otras cualidades como la ambición y el espíritu de sacrificio. Cuando ves a Stepanek, con 34 años, jugar tres partidos seguidos en Copa Davis, no me digas que tíos de 23, 24, 25 años no pueden jugar miércoles y sábado», antes de cerrar: «No debemos ser ni demasiado optimistas ni demasiado pesimistas de cara a pelear por el título de Liga».
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