Ozil admite su bajo nivel en el campo
Probablemente si se hiciera una encuesta en el vestuario sobre qué jugador tiene más calidad, más talento, de la plantilla, todos señalarían a Mesut Özil. Quedan pocas dudas sobre la clase de este mediapunta de mirada extraña que, dos años y medio después de llegar a Madrid, sigue mostrando sin embargo su carácter especial. Ayer, sin ir más lejos, ofreció la rueda de prensa en alemán. El castellano todavía no lo maneja.
Su lenguaje en el terreno de juego, sin embargo, le había concedido, siquiera a empellones, una tregua. El fútbol que se habla con los pies no discute a un futbolista diferente. Pero ocurre que, desde que se inició la temporada, la mejor versión de Özil no ha aparecido. «Con mi rendimiento no estoy todo lo contento que debería, pero soy un ser humano que comete errores, como todos», expresó, muy serio, ayer. Muy serio pese a los constantes guiños que intentaron los periodistas alemanes con él.
No está cómodo el mediapunta en este inicio de curso. Mourinho lo señaló directamente tras la derrota en Sevilla, al igual que a Sergio Ramos, y lo dejó en el banquillo contra el Manchester City. Después, en el partido ante el Deportivo, fue cambiado en el descanso tras una bronca que todavía resuena en las paredes del vestuario. Y por último, en la rueda de prensa previa al choque contra el Ajax en Amsterdam, el portugués lo dejó claro: «Özil necesita más minutos y más calidad en su fútbol. Mejor dicho, más calidad y más minutos, porque cuanta más calidad, más minutos tendrá».
Como era de esperar, al alemán ni se le ocurrió criticar al entrenador. «Es un entrenador de primera categoría, hambriento de éxitos, muy amistoso con los jugadores y siempre he dicho que ha demostrado que es uno de los mejores del mundo y que ha conseguido muchos títulos», se explicó este admirador de Al Pacino y De Niro, un tipo al que, como a todos los de su especie, casi siempre se le ha acusado de una vida dispersa cuando el rendimiento no ha sido óptimo. Pese a haber reconocido que no estaba a buen nivel, criticó la actitud de la prensa. «Los medios españoles, cuando juegas mal, son muy críticos. Si juegas bien, eres el mejor. Si juegas mal, eres el peor. Tengo que acostumbrarme. Me concentro en mi trabajo y en lo que opine el entrenador de mí», afirmó.
Sin estrenar en su faceta goleadora este año, lo que más habla del largo verano que está atrapando a Özil es que apenas presume de dos asistencias, una en Liga y otra en Champions, cuando en esa faceta fue el número uno la temporada pasada. Ese carácter indolente le hace de difícil digestión a Mourinho, que sin embargo no duda de su calidad y de la trascendencia de su juego para un equipo al que, en estático, le cuesta mucho desentrañar las líneas del rival. Para el final de su comparecencia de ayer dejó un detalle que llamó la atención. Fue con uno de los que más le animan en ese vestuario.
Le preguntaron qué pensó cuando Ramos se puso su camiseta para dedicarle un gol que no pudo ser. «Con Sergio me llevo muy bien, es muy buen compañero. En el pasado se ha hablado y no quiero hablar más. Sergio ya ha explicado por qué lo hizo», sentenció. Había gente esperando unas palabras de agradecimiento.
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